Primero fueron París, Londres y Florencia. Ahora le ha tocado el turno a Barcelona. El artista Clet Abraham ha visitado la ciudad condal para dejar su marca en decenas de señales de tráfico.

Los vecinos de la zona se sorprenden al contemplar las nuevas señales, preguntandose los nuevos significados. La señal de prohibido “¿es prohibido hablar?”, se pregunta una transeúnte.

Su broma ha sorprendido a los vecinos y a las autoridades, aunque la mayor sorpresa se la podría llevar él ya que se enfrenta a multas de hasta 2.000 euros.

El artista callejero Clet Abraham, recorre la ciudad en su bicicleta y sólo necesita 20 segundos y pegatinas muy originales para transformar el sentido de las señales de tráfico.

De esta forma, una calzada sin salida se convierte en un Cristo clavado en una cruz o un giro obligatorio a la izquierda, en la mismísima Torre Eiffel.

“Dice lo mismo pero de forma más simpática”, comenta un vecino. Pero, además de humor, el artista quiere lanzar un mensaje crítico con las leyes y las reglas que, según él, limitan nuestra libertad de expresión.

Su intento por despertar conciencias ya le ha costado multas de 400 euros, poco para lo que le podrían costar sus obras en Barcelona.

De momento el ayuntamiento retira las pegatinas cuando las detecta, así las señales de tráfico vuelven a tener un solo significado.

En Barcelona se pueden observar señales trucadas en los barrios de Gracia, El Born, o Poble Nou.