A las 14:55 del lunes, el vuelo de Air Canada 837 despegó del aeropuerto de Barajas. Sin embargo, a los pocos minutos estalla la rueda trasera izquierda del tren de aterrizaje, esparciendo trozos de neumático que van a parar al motor del ala izquierda y comienzan a producirse pequeñas llamaradas.

Es entonces cuando el piloto apaga el motor y activa el protocolo de emergencia. Lo comunica primero a la torre de control y después al pasaje. "En estos momentos, estamos dirigiéndonos al aeropuerto de Barajas y vamos a volver a Madrid para aterrizar porque, como saben, tuvimos un pequeño problema con una de las ruedas del avión en el despegue", comunicaba a los pasajeros.

Mientras, la aeronave comienza a sobrevolar el sur de Madrid a muy baja altura. El ruido sorprende a varios testigos, que captan la sorprendente imagen. El problema es que van cargados de combustible: se trata de un Boeing 737-300 con capacidad para 181.000 litros de combustible y deben liberar peso si quieren realizar un aterrizaje con total seguridad.

Entretanto, a pie de pista ya se despliega un increíble dispositivo de emergencia esperando el momento del aterrizaje.

Mientras tanto, en pleno vuelo llega un caza del Ejército del Aire que se sitúa en paralelo al avión de Air Canada para analizar el estado exacto del tren de aterrizaje. Una imagen que fue grabada por los propios pasajeros a través de las ventanillas.

El avión estuvo un total 4 horas y 13 minutos en el aire: llegó a dar 10 vueltas sobre Chinchón y hasta 25 sobre Tarancón.

Por fin, poco después de las 19:00 horas llega el momento del aterrizaje, con unos pasajeros que guardan un escrupuloso silencio hasta que el avión toma tierra. Un final perfecto aplaudido dentro y fuera del avión.