Una agente de la Guardia Civil de Salamanca que se negó a quitarse su chaleco antibalas particular y ponerse uno oficial que no se adaptaba a su anatomía ha declarado ante el juez militar que instruye el caso de insubordinación por el que se enfrenta a una pena máxima de seis meses de prisión.

La agente A.S. ha llegado en compañía de su abogado y una representante de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) a las puertas del juzgado militar, ante el que ha defendido su "derecho a decidir qué chaleco utilizar ante la falta de chalecos oficiales con las formas propias de la mujer", ha explicado la vocal del consejo civil de la AUGC, Pilar Villacorta.

Según ha explicado la representante de la asociación, este caso particular no es más que un "exponente de la falta de integración de las mujeres en el Instituto Armado", pues estos casos suelen estar reglados por el régimen disciplinario de la Guardia Civil, que es "el más duro de todos los funcionarios públicos del Estado" y no por el código penal militar, como en este caso.

Villacorta ha explicado cómo estos casos han comenzado a proliferar desde que se elevara a cuatro el nivel de amenaza terrorista en España, que obliga a los agentes a estar pertrechados de sus chalecos antibalas, lo que "genera mucha incomodidad a las mujeres". La representante de la asociación ha explicado que todos estos problemas se solventarían si a todos los guardias civiles se les proporcionara un "chaleco adecuado a su anatomía" nada más salir de la academia, ya que "otros cuerpos, como el de Policía", ya contemplan los chalecos femeninos de "hasta siete tallas".

Para finalizar, Villacorta ha instado a la Dirección General de la Guardia Civil a que se pronuncie sobre estos caso ya que en 25 años "ni siquiera se han percatado de que los uniformes femeninos deberían haber pasado por una comisión de riesgos laborales", ha concluido. Después de una declaración de más de una hora, la agente, que actualmente está de baja psicológica, no ha querido hacer declaraciones a los medios de comunicación para no interferir en su investigación debido a las férreas restricciones del código militar.