No van a clase desde hace tres días. Han cambiado los pupitres por las pancartas: "Teniendo las instalaciones y el profesorado adecuado, no sé por qué ahora quieren cambiarlo".
No quieren que desaparezca la ESO en su colegio. Ahora tardan unos 10 minutos en llegar al centro, pero a partir de septiembre tendrán que viajar hasta Arévalo, un trayecto de más de media hora: "Nuestra principal preocupación es poner a los niños en carretera todos los días".
También están en pie de guerra en Riaño. Van a tener que recorrer estas carreteras de montaña para llegar a su nuevo instituto en Cistierna. En invierno y con fuertes nevadas tendrán que coger el autobús dos horas antes. Creen que es un peligro para los niños, y además temen que baje su rendimiento: "No tendrán tiempo para jugar, ni para hacer los deberes, por lo que bajará su rendimiento".
Los de Posada de Valdeón tendrán que recorrer más de 67 km atravesando dos puertos de montaña para ir y volver, Algo más cerca están los de Boca de Huérgano, a unos 45 minutos, y los de Riaño tardarán media hora: "Quieren acabar con la montaña, y al final lo acabarán consiguiendo".
Pero la Junta de Castilla y León dice que la decisión es irreversible, porque están cumpliendo con la ley que indica que a partir de la ESO los niños deben estar en un insituto, y no en un colegio.