Islandia ha estallado, y la mejor muestra de la indignación es la movilización en la que miles de personas han pedido en la calle la dimisión de su primer ministro, al que no le perdonan lo que revelan los paples de Panamá. En los documentos se desvela que usó una empresa offshore para mover dinero de forma opaca.

La prensa islandesa habla de las mayores protestas en la historia del país, más numerosas incluso que las históricas manifestaciones de 2011, aunque el primer ministro de momento ni se inmuta.

Sigmundur David Gunnlaugsson tiene claro que no va a dimitir y que piensa agotar la legislatura. Sólo pide disculpas por su comportamiento durante esta entrevista.

Entre los motivos para no adelantar las elecciones estarían las encuestas, ya que el descontento ha llevado a que algunas encuestas den el partido pirata como primera fuerza política en intención de voto.