El Gobierno ha alcanzado un acuerdo "histórico" con los agentes sociales para una reforma estructural del mercado de trabajo en España tras nueve meses de negociaciones.

Un acuerdo que la propia vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo ha calificado de "histórico" porque es la primera vez que sale adelante una reforma laboral de este calado con el visto bueno de patronal y sindicatos. Algo que le hace sentir "orgullosa de nuestro país y de los agentes sociales", a los que ha querido agradecer todo el trabajo y disposición.

Uno de los aspectos que más controversia ha provocado a lo largo de las negociaciones ha sido el de la "derogación" que defendían desde Unidas Podemos para acabar con la normativa laboral que impulsó el PP de Mariano Rajoy.

En este sentido, Yolanda Díaz ha explicado en la Cadena Ser que "técnicamente no puede ser derogada" porque no puede "dictar una norma diciendo 'derogo este decreto' porque dejaría sin colchón jurídico a los trabajadores". Sin embargo, ha defendido, "políticamente si se puede y se hace en una parte, la estipulada en el acuerdo de Gobierno".

Asimismo, ha manifestado su descontento con la postura del PP y "la política del 'no por el no' en la que se ha instalado", acusándoles de estar "secuestrados por Vox". "Decir que van a votar en contra sin ni siquiera conocerla... La política es diálogo y llegar a una síntesis si se puede", ha manifestado al respecto.

La ministra de Trabajo también ha querido agradecer el trabajo "de los equipos técnicos", formados por unas 20 personas en representación de la patronal, los sindicatos y el Gobierno, que "llevan días trabajando hasta 12 y 13 horas para sacar adelante este acuerdo".

Qué cambios supone este acuerdo

Lo principal es la limitación de temporalidad. Si es por razones imprevistas, como un aumento de la producción, los contratos podrán ser de hasta un año. Pero si es de temporada, como un centro comercial en Navidad, serán de hasta 90 días al año, incluso si no son consecutivos. Además, los contratos por obra desaparecen. También devuelve a los convenios colectivos la ultraactividad. Hasta ahora, solo seguían vivos un año después de caducar, lo que debilitaba a los trabajadores a la hora de negociar.

Ahora, seguirán siempre vigentes. Además, el convenio del sector será siempre el que fije el salario mínimo, aunque las empresas seguirán teniendo el poder para decidir por ejemplo la distribución del trabajo. Otra novedad es que la subcontratación deberá ajustarse a la empresa principal, acabando así con las condiciones laborales distintas para los mismos trabajadores, aunque unos estén contratados directamente y otros no.

Y también se consolidan los ERTE para afrontar las crisis económicas minimizando despidos. En caso de crisis general, se podrán extender hasta un año. Y si la crisis es del sector, hasta dos. Durante ese tiempo, ni podrán contratar ni exigir horas extra. Para los ERTE, será únicamente el gobierno quien les de luz verde en Consejo de Ministros