Daniel Flores conoce de cerca la violencia que pueden emplear los narcos contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El agente de la Guardia Civil sufrió un ataque en el Estrecho hace diez años, siendo arrollado por un vehículo con media tonelada de hachís.

Una década después, sigue sufriendo las consecuencias de aquel ataque, como recuerda a laSexta Noticias. El agente Flores explica que un vehículo se saltó el control que habían levantado y, tras 40 kilómetros de persecución, les embistió lateralmente.

"Impactamos contra el quitamiedos, lo rompemos, el quitamiedos atraviesa nuestro coche y allí nos quedamos. Al salir del vehículo, yo me di cuenta que tenía la pierna colgando por varias partes", confiesa.

Muchos profesionales le ayudaron a reponerse de aquel momento, una experiencia que le obligó a tomar pastillas para dormir y le generó "dolor" e "impotencia". "Yo no quiero una medalla en el ataúd como este compañero que ha muerto ahora, yo quiero que me lo reconozcan en vida", sentencia.