Gallardón tuvo la certeza de que el proyecto ya estaba en el cajón, pero el ministro empezó a olerse el peor final para la reforma mucho antes.
Casi los días previos a comprometer su palabra. Al final, terminó el verano y con él cayó una reforma, que empezó a gestarse en una manifestación.
Era 2009 y el PP se ponía delante de las pancartas para protestar por la ley del aborto de Zapatero. Pero el compromiso por tirar por tierra el aborto quedó patente cuando llegaron al Gobierno.
En diciembre del año pasado, el Consejo de Ministros dio luz verde al anteproyecto de la ley. Pero Gallardón empezó con una férrea defensa.
Tuvo apoyos si, pero pronto empezaron a sonar las voces discordantes, aparecieron las ambigüedades y se dejó de pronunciar la palabra ‘aborto’. Se dejó morir hasta que al final la reforma ha llegado a su fin.