El Gobierno no se da por vencido y mantiene su empeño en el pacto de rentas, una senda que se marcan de aquí a tres años y que marcaría la evolución moderada de los salarios y de los márgenes empresariales.

La clave es, en palabras de la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, "que la moderación debe ser la guía en todo", y esa apelación a la moderación aleja a los sindicatos, enfrentados con los empresarios al exigir que los sueldos suban lo que suba el IPC.

El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha defendido que "nadie puede pretender que los trabajadores no traslademos a los salarios el coste de la vida actual", pero desde la CEOE su presidente insiste en que esto no es posible.

Cuánto deben subir los salarios es, según el Gobierno, probablemente la parte más complicada del pacto de rentas. Aunque en ese pacto de rentas también se pide a la patronal que no amplíen los márgenes empresariales y los empresarios responden que sus beneficios ya son moderados: "Los beneficios empresariales son -6.000 millones de euros comparados con los beneficios del año 2019", ha indicado Antonio Garamendi.

El momento clave para saber si sale o no el pacto será a la vuelta del verano. Tras las vacaciones, los sindicatos avisan de que el otoño puede ser caliente si no hay acuerdo, con muchas huelgas en distintos sectores como la del metal de Cantabria de más de dos semanas hace unos días.