Podemos propone para las generales de noviembre un programa idéntico al que presentó en abril y en el que harán hincapié en medidas frente a una posible recesión económica, como crear un nuevo impuesto para las grandes fortunas con el objetivo de recaudar hasta un 1 por ciento del PIB de patrimonios superiores al millón de euros.

El documento, que quiere hacer frente a una nueva crisis económica "con garantías", incluyen también un impuesto sobre los beneficios de las grandes empresas por contaminar, el impuesto a la banca que aumente 10 puntos el tipo impositivo de las entidades financieras o eliminar privilegios fiscales de grandes corporaciones con un tipo mínimo efectivo del 15%.

En el documento resumen de las medidas más relevantes, señalan que pretenden rehabilitar al menos 500.000 viviendas al año para que afronten la transición energética, y fuentes apuntan que podrían llegar hasta el millón de viviendas al año.

Además, al igual que en abril, desde Podemos prevén derogar tanto la reforma laboral de José Luis Rodríguez Zapatero de 2010 como la de Mariano Rajoy de 2012. Quieren un ingreso básico garantizado de al menos 600 euros al mes, alcanzar en la legislatura un salario mínimo interprofesional de 1.200 euros y que la jornada laboral sea de 34 horas semanales.

Pablo Iglesias ha augurado que PSOE, PP y Cs gobernarán "juntos" para "responder a la desaceleración", lo que a su juicio se traducirá en "recortes y en degradación de los servicios públicos". Dice que la campaña de los comicios del 10N "va de proteger a las familias" y a la gente ante el frenazo económico que se avecina, y por tanto, de aplicar la Constitución.

Y como la campaña versará sobre las respuestas económicas a la contracción del crecimiento, Iglesias ha manifestado que PSOE, PP y Cs ya están mostrando su respuesta, un Gobierno de los tres, y por tanto, de "recortes, degradación de los servicios públicos" y un modelo fiscal que beneficie a los poderosos.