Los balances diarios del Ministerio de Sanidad generan dudas respecto al número de fallecidos en España por la pandemia de coronavirus. La principal causa es el retraso en la comunicación de los datos y los reajustes que se llevan a cabo a posteriori.

Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, declaró en su última comparecencia que "puede haber pequeñas disparidades" y es posible que "los datos no encajen exactamente". Si bien, aseguró que "en algún momento cuadran porque son las comunidades autónomas las que comunican" al Gobierno el número de afectados por COVID-19.

Según el balance del 18 de agosto, en Aragón se han registrado 994 muertes por coronavirus. Sin embargo, un día después ese mismo acumulado se vio incrementado en 100, hasta los 1.094 fallecimientos. Pero eso no significa que muriera una centena de personas en un día, sino que el reajuste llegó con retraso.

Algo similar está ocurriendo con Cataluña, que en los últimos meses ha notificado 352 decesos, a pesar de que el Ministerio de Sanidad solo le adjudica 56. Mientras, en País Vasco la diferencia entre datos autonómicos y del Gobierno central es de 20 fallecidos.

Estos desajustes provocan que los días en los que readaptan los datos las cifras de muertos se disparen. Unos repuntes que pueden llevar a pensar que la mortalidad está volviendo a crecer, pero esto no es cierto.

En marzo y abril la tasa de mortalidad era del 9%, es decir, 9 de cada 100 de las personas que se infectaban acababan falleciendo. Durante el verano esta tasa ha caído al 0,1% y, aunque en agosto ha aumentado al 0,34%, el dato continúa siendo muy bajo.