Cinco días en prisión lo cambiaron todo. Tras salir de la cárcel Rosendo Naseiro, tesorero del PP, corrió al notario para depositar dos cartas: la primera, remitida a José María Aznar.
"Querido amigo y presidente (...) te ruego aceptes mi dimisión. Con el afecto de siempre recibe un fuerte abrazo". Es su adiós en versión amistosa, siempre que el PP no le usara como chivo expiatorio. Si esto pasaba, debía publicarse la carta 'bomba'.
"Toda mi actuación al frente de la Tesorería Nacional (...) lo ha sido siempre bajo la supervisión, directrices y criterios de Don José María Aznar", asegura Naseiro en la carta.
Aznar se desmarcó, pero lo cierto es que esa carta estuvo enterrada hasta ahora. Algunos deducen que el blindaje Naseiro funcionó.
Las cintas que manchaban a Naseiro se destruyeron y el PP no le dejó caer. Los populares agradecieron la dimisión de Naseiro y le pasaron los bártulos contables a Lapuerta y Bárcenas, cerrando el círculo.