Silencio a esta hora de Laura Borràs tras su procesamiento. Este jueves había sesión en el Parlament y la presidenta de la cámara ha evitado valorar que está a un paso del banquillo. De hecho, cuando le han preguntado cómo afronta el posible juicio, no ha dado respuesta y se ha limitado a sonreír. Eso a pesar de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña la sitúe a las puertas de un juicio oral.

El órgano judicial asegura tener hechos que evidenciarían que Laura Borrás otorgó contratos a dedo a un amigo cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes. De momento, la dirigente catalana ha llegado tranquila a la sesión del Parlament, arropada por su partido. "Todo el apoyo a la presidenta Borràs, que una vez más está bajo la espada represiva del Estado", ha indicado Josep Rius, portavoz de Junts per Catalunya en el Parlament.

Menos apoyo ha recibido de parte de sus socios de Esquerra. "Estamos a la expectativa de escuchar sus explicaciones. Su situación no es solo a nivel personal, sino que, en tanto que es presidenta del Parlament de Catalunya, tiene que tomar las decisiones teniendo en cuenta esto", ha expresado Marta Vilalta, portavoz de ERC en el Parlament. En la misma línea se lo recordaba su antecesora en el Parlament, Carme Forcadell.

"Yo creo que no debe pensar en ella misma, sino en el prestigio de la institución", ha indicado la exdirigente. Volviendo Borrás, ella misma aseguraba este miércoles estar lista para juicio. "Todo muy de 'democracia perfecta': irse cargando los derechos uno tras otro", denunció a través de redes sociales. Aunque según unos audios enviados a un funcionario de la Institución, habría sido plenamente consciente de la investigación.

En 2018 le decía esto después de que un mosso se presentara preguntando por su amigo Isaías: "Si vuelve a venir o pasa cualquier cosa de estas, por favor, avísame enseguida". No era la primera vez que se interesaba por el tema: "Necesito que me envíes por favor a mi correo de Gmail todos los contratos que tengamos a nombre de Isaías". Están investigados tanto su amigo Isaías, como ella y el funcionario con el que intercambió estos audios. La Fiscalía tiene ahora diez días para pedir la apertura de juicio oral, o el sobreseimiento de la causa.