El juzgado de instrucción que investigaba la venta de un cuadro de Goya por el marido de Esperanza Aguirre, Fernando Martínez de Haro, ha decidido archivar la causa. Fuentes jurídicas aseguran que la magistrada no ve delito en la venta. La querella había sido presentada por el cuñado de Aguirre, que apuntaba a estafa, apropiación indebida y delito fiscal. El cuadro fue vendido al empresario Villar Mir por algo más de cinco millones de euros.

Contra esta sentencia, no obstante, cabe recurso. El caso se desveló en el mes de abril, cuando el diplomático y dramaturgo Íñigo Ramírez de Haro, cuñado de Esperanza Aguirre, denunció al matrimonio por la venta de este cuadro sin ser declarado Bien de Interés Cultural. En la querella, Ramírez de Haro acusó a Aguirre y a su marido de varios delitos.

Poco después se conoció que la cuñada de la política, B. Ramírez de Haro, contó años antes, en abril de 2019, a sus sobrinos -los hijos de su hermano Fernando y la baronesa del PP- cómo el lienzo había acabado en manos de su padre. El objetivo de la venta parecía estar claro: saldar la deuda millonaria de Fernando Ramírez de Haro, contraída en el contexto de la crisis de 2011 y que amenazaba con llevar a la quiebra las finanzas del matrimonio, puesto que Aguirre y Ramírez de Haro están casados en régimen de gananciales.

El cuadro, por supuesto, lo valía, porque, pese a no estar firmado, no cabe duda de que el artista que realizó el retrato de Valentín Belvís de Moncada, marqués de Villanueva del Duero, teniente General del ejército de Carlos IV y Grande de España, es Francisco de Goya; una de sus obras cumbre, según han opinado multitud de expertos tras saltar el escándalo.

"Es un retrato excepcional de este momento de la vida de Goya en el que pintaba aristócratas", explicó a laSexta el director de ventas privadas de pintura antigua de la casa de subastas Sotheby's, James Macdonald.