El cabo español Francisco Javier Soria, fallecido en el Líbano, se encontraba en una torre de vigilancia durante el bombardeo israelí. En la torre impactó una granada de mortero que dañó la parte superior de la torre, con su pared y suelo destruidos como prueba del impacto.
El cabo se encontraba vigilando la línea azul en el puesto 4-28, en la localidad de Ghayar, junto a la frontera. Israel respondió al ataque de Hizbulá que acabó con la vida del soldado español. Fue trasladado hasta la base 'Miguel de Cervantes', a 20 kilómetros aproximadamente, pero ya nada se pudo hacer.
Ahora se trabaja sobre el terreno para esclarecer los hechos. Dice la ONU que Israel siempre avisa cuando va a realizar una operación militar. Pero las fatales consecuencias son la prueba evidente que algo falló. La investigación se centrará en saber si se dió ese aviso.
Según la agencia EFE, una fuente de un país miembro de la FINUL asegura que no fueron avisados del ataque. "Se pide una investigación exhaustiva, urgente e inmediata", ha asegurado el ministro de Asuntos Exteriores Garcia-Margallo.
Israel conoce las coordenadas de los puestos de control, y también conocía la posición de las escuelas de la ONU en sus ataques a Gaza el verano pasado. Aún así exhibió sus pocos escrúpulos al lanzar misiles contra los colegios.