La Xunta de Galicia y su presidente, el popular Alfonso Rueda, vuelven a situarse en el centro de la polémica por la crisis de los pellets, la marea de plásticos que está invadiendo las costas gallegas y parte del litoral cantábrico desde mediados de diciembre tras el vertido provocado por el buque 'Toconao'. En esta ocasión, la controversia viene dada por el informe que ha usado la administración gallega para rechazar que exista peligro en la aglomeración de millones de bolas de plástico en las playas de las zonas afectadas.

En concreto, el documento en el que se ha basado la Xunta consta solamente de algo más de una página en la que no se recogen evidencias científicas sobre la no peligrosidad del material. El documento no solo no está aprobado por ninguna institución científica, sino que únicamente está firmado por un técnico experto en reciclaje de plásticos que trabaja para la empresa Valtalia. Así lo ha podido comprobar el medio 'eldiario.es', que ha podido acceder al mencionado informe.

Un informe en el que se llega a asegurar que "el producto es apto para el uso alimentario". Para más inri, la afirmación del experto no viene dada a raíz de un análisis previo de las muestras para comprobar su composición y su nivel de afectación para con el entorno, sino que se basa exclusivamente en las fichas técnicas y de seguridad que el fabricante de este producto ha realizado previamente. Tal y como detalla 'eldiario.es', el material está compuesto en un 90% de poletileno y en un 10% de aditivo UV622.

No obstante, en el apartado de conclusiones del producto se asegura que "el nivel de peligrosidad y de toxicidad de este tipo de materiales plásticos no se deja a un criterio subjetivo, sino que existe una regulación (la recogida en el marco regulatorio indicado en el presente informe) que define de forma clara si el material se considera tóxico y peligroso o no, y el nivel de toxicidad y peligrosidad que presenta, y en función del mismo se describen las medidas para su manipulación, transporte, etc.".

Este miércoles, el BNG denunciaba que no conocían el informe -ni los detalles del mismo- en el que se basaba la presidencia gallega para negar su peligrosidad, e insistía en la necesidad de que hablara la comunidad científica: "Los expertos nos dicen de momento que hay que tener mucha precaución y que hay que hacer un análisis minucioso de ese contenido. Esto es algo grave, sabemos que es un matearial derivado del petróleo que no es biodegradable, que puede llegar a toda la cadena alimentaria, y por eso pedimos transparencia".