Puigdemont ha guiado a los parlamentarios internacionales que han llegado a Cataluña para seguir el referéndum: unos 30 diputados de 17 países europeos como Francia, Alemania o Reino Unido. El president ha anunciado que todo está a punto: "Está preparado todo para que, efectivamente, los más de 2.000 puntos de votación tengan las papeletas, tengan las urnas, tengan todo lo que hay que tener para que la gente pueda expresar su opinión".

Es el mensaje que ha vendido a los que han visitado el Parlament con su presidenta como anfitriona. El Govern les ha explicado lo que ellos consideran la única vía, la de primero votar: "Por muchas dificultades que haya en el referéndum, no vamos a cambiar el referéndum por una declaración unilateral de independencia".

Casi a las vísperas, el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, no ve ni un atisbo de acuerdo: "Los referéndum son el instrumento preferido de los dictadores". Puigdemont lo sabe, aunque asegura que si no es él, otro liderará el procés: "Aunque me pase lo peor y se cumplan los deseos del Gobierno de España y me encarcelen habrá otro en mi lugar". Que no solo con detenciones, dice, se acaba el problema que existe en Cataluña.