La concejala Esteller, que sustituye en su escaño al que fuera jefe de Gabinete de Rajoy, Jorge Moragas, tuvo que elegir a su llagada a la Cámara Baja por uno de los dos sueldos públicos a los que tiene derecho, el de diputada del partido que gobierna o el de edil de la oposición en la capital catalana.

Su decisión fue renunciar a su salario base como diputada, que es de 2.842,01 euros al mes, aunque mantiene la indemnización que abona el Congreso a los diputados de fuera de Madrid, que es de 1.842,10 euros.

Si hubiera optado por el sueldo de diputado raso, cobraría cada mes 4.684,11 euros, con dos pagas extra, lejos de los más de 6.000 euros que viene cobrando como edil del PP en el Ayuntamiento de Barcelona.

En concreto, Esteller recibe como concejal un sueldo de 84.532,08 euros anuales, por encima de la retribución anual que los Presupuestos Generales del Estado para 2018 reservan para el presidente del Gobierno (no llega a 81.000 euros y sin pagas extra).

La nueva diputada informó de su actividad extraparlamentaria y su retribución a la Comisión del Estatuto del Diputado, que le autorizó a renunciar a su salario como diputada en favor del de concejala portavoz del consistorio que dirige Ada Colau.

La legislación española no permite compatibilizar dos sueldos públicos pero sí que un diputado pueda compaginar su escaño con una alcaldía o concejalía, siempre que "no se menoscabe el régimen de dedicación absoluta a las tareas parlamentarias", como así lo establece la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG).

Ese fue el argumento que dio la Comisión del Estatuto del Diputado, que preside el 'popular' Leopoldo Barreda, para dar el visto bueno a la petición de Esteller, que se incluyó en el último dictamen que avaló recientemente el Pleno del Congreso.