Silencio de Teresa Ribera en plena polémica por sus declaraciones sobre el juez Manuel García-Castellón. La vicepresidenta tercera, cuyas palabras sobrevolaban este sábado la Convención Política del PSOE en A Coruña, ha protagonizado una auténtica estampida ante los medios de comunicación a su llegada al Palexco para evitar hablar de este asunto: "No tengo nada que decir", se ha limitado a decir.

El Gobierno, no obstante, se ha empleado a fondo para rebajar la tensión con los jueces y ha insistido en trasladar un mensaje de respeto al Poder Judicial para sofocar el incendio. "Nos puede gustar más o nos puede gustar menos, como a cualquier ciudadano, algún tipo de resolución judicial, pero el respeto prevalece por encima de todo", ha defendido en este sentido la ministra portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría.

La también titular de Educación ha proclamado el "máximo respeto al resto de los poderes" del Estado "y, por supuesto, al Poder Judicial" y ha aseverado en cambio que "el que ha suspendido en esta materiacontinuamente ha sido el PP". Preguntada sobre si cree que Ribera se equivocó en sus declaraciones sobre el magistrado de la Audiencia Nacional, se ha limitado a señalar que la vicepresidenta tercera "intentó trasladar también la misma posición que desde el Gobierno" llevan ejecutando.

Por su parte, el portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, ha apuntado sobre las manifestaciones de Ribera que "seguramente algunos no las han entendido", mientras que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha defendido que los jueces "lo que hacen es garantizar el Estado de derecho". Solo la diputada socialista y exvicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo se ha desmarcado de las palabras de Ribera, afirmando que "no forman parte de lo que nosotros sentimos".

Con la polémica de fondo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llegaba a la convención por la tarde. Allí ha arropado a su candidato en Galicia, José Ramón Gómez Besteiro, ha saludado a la prensa, se ha tomado un café con militantes y tiene prevista una cena privada con los líderes territoriales del PSOE, antes de intervenir este domingo en una cita con la que los socialistas esperan rearmarse de cara a las próximas citas electorales.

El PP exige el cese de Ribera

Entretanto, y también desde Galicia, el PP ha exigido el cese de Ribera. Su vicesecretaria de Organización Territorial, Carmen Fúnez, así lo ha reclamado en declaraciones a la prensa en Ourense. También lo ha hecho la secretaria general del partido, Cuca Gamarra, que ha denunciado que "Teresa Ribera será premiada por atacar a un juez y acusarle de prevaricación". "Desde este partido lo que pedimos es su cese inmediato", ha clamado.

La controversia se originaba el viernes, cuando Ribera manifestó en una entrevista en 'TVE' que el juez del caso Tsunami Democràtic " tiene una implicación política importante y suele salir a colación en momentos sensibles", después de que el magistrado insistiera en la imputación por terrorismo de Carles Puigdemont.

No obstante, lo cierto es que en privado todos los miembros del Ejecutivopiensan lo mismo que la titular de Transición Ecológica: un ministro socialista incluso trasladaba discretamente a esta cadena que se han "quedado cortos". Sus manifestaciones, sin embargo, chocan frontalmente con la estrategia de Moncloa que está llevando a cabo el ministro Félix Bolaños para intentar reconducir las relaciones con los jueces. Tampoco él se ha pronunciado este sábado sobre la polémica.