Un 'peloteo' que viene de lejos

El servilismo de Rutte con Trump: la historia de sumisión del secretario de la OTAN con el presidente americano

El contexto El líder de la Alianza Atlántica ha sido noticia en las últimas horas por sus menajes serviles hacia Trump, llegando a llamarle "querido Donald" y felicitándole por sus bombardeos contra Irán.

Rutte, el buen vasallo de Trump.
Escucha esta noticia
0:00/0:00

"El susurrador de Trump". Así fue catalogado el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, por su facilidad para comunicarse con el presidente estadounidense durante su etapa como primer ministro de los Países Bajos. El líder de la Alianza Atlántica ha sido noticia en las últimas horas por sus menajes serviles hacia Trump, llegando a llamarle "querido Donald" y felicitándole por sus bombardeos contra Irán.

Pero esta no es la primera vez que Rutte muestra su servilismo hacia el líder republicano. Tras su regreso a la Casa Blanca y sus sucesivas amenazas a varios miembros de la OTAN, el político neerlandés aseguró alegrarse "de que el presidente Trump asuma este papel de liderazgo".

"Trump ha tenido razón muchas veces. Estoy de acuerdo, y puede que tenga razón muchas veces en el futuro, y tenemos que dialogar con él", aseguró Rutte tras conocer los planes expansionistas de Trump respecto a Groenlandia, Panamá y Canadá.

Este 'peloteo' llegó incluso al Despacho Oval. Durante la última visita del mandatario de la OTAN a la Casa Blanca, los elogios mutuos fueron la nota predominante. Trump aseguró que Rutte "fue un primer ministro fantástico y ahora está haciendo un fantástico trabajo".

En es encuentro, Trump recordó sus anhelos de anexionarse Groenlandia. "Estoy sentado con un hombre que me puede servir, mira, Mark, necesitamos eso para la seguridad internacional", afirmó el magnate. Rutte, en lugar de defender a un Estado miembro de la Otan como Dinamarca, optó por callarse dócilmente y darle la razón con un escueto "tienes razón".

Esa respuesta provocó la indignación del Gobierno danés y de varios países de la Alianza, pero eso no frenó a Rutte en su plan de sucumbir ante Donald Trump para salvar una cumbre de la OTAN que está diseñada única y exclusivamente para realzar el liderazgo de Trump en el tablero internacional.