La bomba ciclónica continúa arrasando todo a su paso en California. Las playas, casas y gasolineras están sufriendo las consecuencias de un temporal que también ha dejado muertos. Al menos dos, uno de ellos un bebé de 2 años.

Las fuertes rachas de viento y el intenso oleaje han provocado que más 185 mil hogares estén sin luz mientras los destrozos siguen aumentando. "Cuanto más lo miro, peor está. Cuanto más entramos, más problemas encontramos", señala uno de los afectados.

California ha pasado en apenas unas semanas de una sequía histórica a estar inundada. La lluvia, lejos de ayudar, ha empeorado la situación. Los vecinos de la costa oeste de Estados Unidos están siendo evacuados mientras cientos de vuelos se siguen cancelando.

A pesar de ello, los ciudadanos trabajan codo con codo con los servicios de emergencias para tratar de solventar los daños materiales lo antes posible. Sin embargo, la pérdida emocional ya se palpa en el estado de ánimo de los afectados.

"No creo que haya perdido algo material...", señala una mujer. "Es duro, es un restaurante familiar y perdemos muchos recuerdos porque es más que un negocio", se lamenta otro.

La borrasca no da tregua y va a continuar durante todo el fin de semana. Ya se ha activado la alerta máxima por fuertes rachas de viento, lluvia intensa y fuerte oleaje.

Lejos de mejorar, las condiciones van a empeorar todavía más la situación de los vecinos de California.