Terremoto político en Francia
Sébastien Lecornu, nuevo primer ministro fiel a Macron que estuvo a un paso de ser monje
Los detalles Un fiel del presidente Macron poco conocido del gran público cambia el Ministerio de Defensa por la peliaguda jefatura del Gobierno francés a los 39 años y tras un peculiar recorrido que le llevó a plantearse incluso ser monje

Resumen IA supervisado
Sébastien Lecornu, a los 39 años, asume la jefatura del Gobierno francés tras un recorrido singular que incluyó la posibilidad de ser monje. Cercano a Emmanuel Macron, Lecornu ha sido un político discreto y hábil en bastidores, manteniéndose como ministro de Defensa en cuatro administraciones diferentes. Su promoción se debe en parte a su pragmatismo y capacidad para lograr consensos, cualidades que impresionaron a Macron, especialmente durante la crisis de los 'chalecos amarillos'. Lecornu, quien dejó el partido conservador Los Republicanos en 2017, ha sido cercano a Gérald Darmanin y fue clave en la aprobación de una ley para aumentar el presupuesto de las Fuerzas Armadas. Nacido en 1986, Lecornu también mostró interés por la vida monacal en su adolescencia y se afilió al partido conservador UPM, donde comenzó su carrera política como colaborador parlamentario.
* Resumen supervisado por periodistas.
Sébastien Lecornu, un fiel del presidente Emmanuel Macron poco conocido del gran público, cambia el Ministerio de Defensa por la peliaguda jefatura del Gobierno francés a los 39 años y tras un peculiar recorrido que le llevó a plantearse incluso ser monje. Discreto, prudente y hábil entre bastidores, Lecornu presume además de ser un ejemplo de estabilidad entre tantos cambios de gobierno.
Se mantuvo en la cartera de Defensa en cuatro administraciones diferentes: la de Elisabeth Borne (2022-2024), Gabriel Attal (2024), Michel Barnier (2024) y François Bayrou (2024-2025). Una de las claves de la promoción de Lecornu ha sido su cercanía con Macron, quien quería haberlo nombrado en Matignon (sede de la jefatura del Gobierno) ya el pasado diciembre, en detrimento de Bayrou, que presentó hoy su dimisión tras perder estrepitosamente la votación de la moción de confianza que él mismo presentó para refrendar su plan de recortes presupuestarios en 2026.
Secretario de Estado para la Transición Ecológica y Solidaria (2017-2018), ministro encargado de las Colectividades Territoriales (2018-2020); titular de Ultramar (2020-2022) y, hasta hoy mismo, ministro de Defensa, desde 2022, el político treintañero convenció al presidente por su pragmatismo y capacidad para lograr consensos. Lecornu, de hecho, tuvo que ganarse sus favores.
El hoy primer ministro no integraba el círculo de los "macronistas de primera hora". Se unió a los centristas en 2017, cuando decidió dejar el partido conservador Los Republicanos (LR) debido al caso de corrupción que implicó al entonces candidato de la formación para el las presidenciales de ese año, François Fillon.
Uno de los episodios que marcaron un antes y un después en la relación entre Macron y Lecornu se remonta a la crisis de los 'chalecos amarillos', la revuelta popular que, entre 2018 y 2019, sacó a relucir las desigualdades sociales y económicas entre las grandes ciudades francesas y las zonas rurales.
Según cuenta 'Le Monde', en las reuniones públicas que organizaba Macron en diferentes pequeñas localidades del país para cerrar la crisis, Lecornu le sugirió incorporar en las mismas a los alcaldes y poner a disposición del público un simbólico libro de mensajes donde los ciudadanos podían expresar su malestar.
A partir de entonces, el nuevo primer ministro, quien, sin haber cumplido los 30 años, ya había sido alcalde de Vernon (ciudad del norte de Francia de 25.000 habitantes), fue ascendiendo posiciones en los sucesivos Ejecutivos, en los que ha sido política y personalmente muy cercano a Gérald Darmanin, ministro en funciones de Justicia y al que considera "un hermano".
El último puesto que ocupaba Lecornu, el de titular de Defensa en plena guerra en Ucrania, le hizo ganar aún más puntos a los ojos de Macron. La ambiciosa ley que dotará a las Fuerzas Armadas de un aumento presupuestario del 6 % de 2024 a 2030 salió adelante gracias al empeño y la capacidad negociadora de Lecornu.
Monje en un monasterio benedictino
Hijo único de una madre secretaria en un gabinete médico y un padre técnico en una fábrica aeronáutica y aeroespacial, Lecornu nació el 11 de junio de 1986 en Eaubonne, una pequeña localidad de la periferia parisina. Escolarizado en una escuela católica, Lecornu estuvo muy cerca de ponerse los hábitos de monje en la abadía benedictina de Saint Wandrille, como confesó en una entrevista en la televisión pública francesa.
"En un momento de mi vida, en la adolescencia, durante un período de discernimiento, un período muy íntimo, a los 16 años, pensé en ser monje", contó, en uno de los raros fragmentos en los que se permitió hablar de su vida privada. Influido por uno de sus abuelos, antiguo resistente contra la ocupación nazi y seguidor del general Charles de Gaulle, Lecornu se afilió al partido conservador UPM (el antecesor del LR) y, con solo 19 años, pasó a ser colaborador parlamentario del diputado Franck Gilard, un récord de precocidad en la época.
Con solo 22 años, integró el gabinete ministerial de François Fillon. Paralelamente y mientras crecía en el UMP, se licenció en Derecho y se hizo oficial en la reserva operativa de la Gendarmería con el grado de teniente. Porque, junto a la vida monacal, la castrense ha sido otra de sus grandes pasiones.