pena máxima de cadena perpetua

Las salvajadas del rapero Diddy Combs, a juicio: tráfico sexual, proxenetismo y crimen organizado

Los detalles
El juicio contra el cantante ha comenzado este lunes en Nueva York, con el testimonio de cuatro víctimas y una posible condena de cadena perpetua sobre la mesa.

Fotografía de archivo en donde se ve al rapero estadounidense Sean 'Diddy' Combs desfilando en un evento con prensa.

"Para el público, era Puff Daddy o Diddy, un icono cultural, un enorme hombre de negocios. Pero había otro lado de él, un lado que dirigía una empresa criminal".

Con esa frase, pronunciada por la fiscal Emily Johnson, ha arrancado el juicio contra Sean Combs, el rapero y productor de 54 años, en un tribunal federal de Nueva York. Cinco son los cargos que pesan sobre él: tráfico sexual, asociación ilícita, violencia sexual, proxenetismo y crimen organizado. Un proceso que supone el colofón a su estrepitosa caída como uno de los grandes iconos negros del entretenimiento estadounidense.

Nacido en 1969 en Nueva York, Combs protagonizó la clásica historia de superación que tanto seduce al imaginario estadounidense, de una infancia humilde en Harlem a figurar como milmillonario en la lista Forbes. Sin embargo, su leyenda se ha derrumbado a raíz de la investigación que ahora lo sienta en el banquillo, acusado de delitos que podrían costarle la cadena perpetua.

Tras una semana dedicada a la elección del jurado —una tarea especialmente compleja por la notoriedad del acusado—, este lunes han comenzado los alegatos iniciales y los primeros testimonios. La fiscalía, liderada por Jay Clayton y con Maurene Comey, ha delegado en Emily Johnson el alegato más duro.

"Durante este juicio van a escuchar el relato de 20 años de crímenes. No actuó solo. Tenía un círculo íntimo de guardaespaldas y empleados de alto rango que lo ayudaron a cometerlos y encubrirlos”, ha advertido Johnson.

La Fiscalía lo ha acusado de orquestar episodios sexuales "elaborados" y no consentidos entre mujeres y trabajadores sexuales masculinos, que él calificaba como "freak offs".

Entre las víctimas está Casandra Ventura, conocida como Cassie, expareja del artista, quien en noviembre de 2023 presentó la primera denuncia que retiró apenas 24 horas después tras llegar a un acuerdo económico. La fiscalía, sin embargo, continuó con la investigación.

Cuando se conocieron, ella era una aspirante a modelo de 19 años y Combs le prometió una carrera musical de 10 álbume. Empezaron a salir en 2005, y la fiscalía ha expuesto que en 2009 él ya abusaba de ella. "Su sustento y seguridad dependían de mantener feliz al acusado", ha explicado Johnson sobre la dificultad de Ventura para marcharse de esa relación y sobre por qué al principio aceptó participar en esas oscuras fiestas, los freak-offs, aunque no quisiera; él, después, la amenazaba con filtrar vídeos de ella en esas fiestas con prostitutos.

De esta historia fue testigo Daniel Philip, que trabajaba como estríper en un club de Nueva York entre 2012 y 2013, aseguró que el rapero le pagó en múltiples ocasiones para tener sexo con su ahora exnovia, Cassie Ventura.

Phillip contó que el primer encuentro ocurrió en 2012, en el hotel Gramercy Park, en Manhattan: "Cuando llegué Cassie abrió la puerta, vestida con ropa interior roja, tacones y gafas de sol", explicó. Según Phillip, que en teoría había sido contratado para hacer un show de estriptis en una fiesta, Ventura le preguntó si estaba de acuerdo con que estuviesen solo ellos dos. Pronto, se percató de que en el sofá de la habitación había un hombre, vestido con un traje blanco y un pañuelo que le cubría la cara: "Me di cuenta de que era Diddy cuando me habló”. “(Cassie) me dijo que no me preocupara, que su pareja no era gay y que no iba a tocarme", indicó.

Phillip subrayó que mantuvo relaciones con Cassie mientras Combs se masturbaba y les daba instrucciones. Al terminar, la también cantante le ofreció 4.000 dólares, un gesto que se repitió en otras ocasiones en las que, siguiendo el mismo patrón, Phillip y ella mantuvieron relaciones mientras el rapero presuntamente observaba la escena. Sin embargo, estos actos cambiaron de tono "el primer día que vi a Diddy golpeando a Cassie", destacó Phillip. El testigo contó que, en un encuentro en casa de Cassie, Combs la llamó desde el dormitorio y ella le contestó "un momento". Tras su respuesta, Combs le tiró una botella de licor, la agarró del pelo y la arrastró hacia su habitación mientras Phillip permanecía en el salón: "Ella estaba gritando y escuché que él le abofeteaba y le decía: Si te digo que vengas, es que vengas ahora".

El estríper insistió en que no llamó a la policía porque temía enfrentar consecuencias dado el "poder ilimitado de Combs".

La segunda víctima, identificada como Jane, madre soltera y pareja del rapero en 2020, participó en uno de estos freak-offs creyendo que sería algo aislado. Johnson ha relatado cómo Combs se negó sistemáticamente a usar preservativo, la drogó hasta hacerla vomitar y la obligó a seguir. En otra ocasión intentó asfixiarla y la golpeó, dejándole marcas en la cara. Además, la amenazaba con vídeos comprometidos y controlaba su economía.

Un tercer caso ha sido el de Mia, una exempleada a la que, según la fiscal, Combs violó en su propia cama tras obligarla a practicarle sexo oral. Tres relatos estremecedores que, junto a vídeos, mensajes y pruebas físicas, forman el grueso de las acusaciones.

Otros escándalos a su nombre

Este no es el primer episodio turbio en la vida de Combs. En 1991, siendo director de talentos en Uptown Records, organizó un partido benéfico en el City College de Nueva York para recaudar fondos contra el sida. El aforo era de 2.730 personas, pero acudieron más de 5.000, desatando una estampida que dejó nueve muertos. Las familias demandaron a los organizadores, incluido Combs.

En 1996 fue condenado por amenazar con un arma a un fotógrafo, y en 1999 fue acusado de propinar una brutal paliza al ejecutivo musical Steve Stoute.