Relaciones internacionales

El "sí" de Reino Unido a Palestina llega con 108 años de retraso: un reconocimiento histórico, pero sobre todo simbólico

El contexto El Gobierno de Keir Starmer da un paso histórico y simbólico con el que admite, en parte, la deuda moral contraída por Londres desde 1917, cuando favoreció la creación de Israel y dejó de lado los derechos del pueblo palestino.

El primer ministro británico, Keir Starmer, reconoce oficialmente el Estado de Palestina

Después de más de un siglo, Reino Unido ha dado un paso que parecía imposible: reconocer oficialmente al Estado de Palestina. Así lo anunció el primer ministro, Keir Starmer: "El Reino Unido reconoce formalmente el Estado de Palestina". Una frase corta, pero con un peso enorme.

¿Por qué importa tanto? Porque Londres fue, en buena medida, quien abrió la caja de Pandora en Oriente Próximo. En 1917, con la Declaración Balfour, el gobierno británico respaldó por primera vez la creación de "un hogar nacional para el pueblo judío" en Palestina, cuando el territorio estaba bajo su control. Aquellas 67 palabras escritas en una hoja de papel marcaron el inicio de uno de los conflictos más enquistados del mundo.

"Desde hace más de 108 años, Reino Unido se negaba a reconocer los derechos de autodeterminación del pueblo palestino", recuerda Ignacio Álvarez Ossorio, catedrático de Estudios Árabes en la Complutense. "Este reconocimiento es, en cierta forma, admitir el error que cometió cuando entregó un territorio que no le pertenecía, con la catástrofe que eso representó".

La Declaración Balfour fue vista por los judíos como la piedra fundacional de Israel y, para muchos, la salvación frente al antisemitismo. Para los palestinos, en cambio, significó una traición: la promesa incumplida de independencia árabe a cambio de rebelarse contra el Imperio otomano y el inicio de un despojo que desembocó en la Nakba, el éxodo forzoso de 1948.

"Es una deuda moral e histórica", apunta Rosa Meneses, subdirectora del Centro de Estudios Árabes Contemporáneos (CEARC). "Reino Unido favoreció la realización del sueño sionista y abandonó al pueblo palestino a su suerte".

El gesto de Starmer es, en gran medida, simbólico. Si no va acompañado de presión política o sanciones a Israel, poco cambiará sobre el terreno. Pero no deja de ser un movimiento potente: uno de los países que más contribuyó a la creación del Estado de Israel y que siempre ha estado de su lado, decide ahora reconocer a Palestina.

En otras palabras: no es el fin del conflicto, pero sí un mensaje claro. Reino Unido, la antigua potencia que partió el tablero en Oriente Próximo, reconoce que se equivocó y que Palestina existe.