La Corte Penal Internacional emitió el viernes una orden de arresto internacional contra el presidente ruso, Vladimir Putin, por crímenes de guerra. Lo considera responsable de la deportación ilegal de menores ucranianos capturados durante la guerra.

Pese a que Rusia no es miembro de la Corte Penal Internacional y el Kremlin ha expresado que esta orden es "jurídicamente nula", por el momento Putin no podrá viajar a ningún país miembro de la Corte Penal Internacional. El motivo es que todos estos países (un total de 123) tienen la obligación de detenerlo.

Sí puede viajar, en cambio, a China o a Irak, países que tampoco reconocen el tratado. El presidente ruso deberá elegir con mucho cuidado dónde se desplaza a partir de este momento porque podría ser detenido como presunto criminal de guerra.

La Corte Penal Internacional lo acusa, 387 días después de la invasión de Rusia a Ucrania, de ser "presuntamente responsable de los crímenes de deportación y traslado ilegal de niños de las zonas ocupadas de Ucrania a la Rusia".

En la orden de detención aparece, además, la comisionada para los derechos del niño en Rusia, Maria Lvova-Belova. Está acusada de los mismos crímenes que Putin.

El Gobierno ucraniano estima que unos 16.000 niños han sido desplazados contra su voluntad a territorio ruso, acusación que el Kremlin siempre ha negado. Sin embargo, la Fiscalía de la Corte Internacional investiga desde hace meses estos hechos y cree que es algo que está sucediendo.