A Donald Trump le persiguen los problemas incluso habiendo salido ya de la Casa Blanca. El ya expresidente de los Estados Unidos se enfrenta a un potencial problema en su nueva residencia, ubicada en Mar-a-Lago (Palm Beach, Florida).

Según informa la CNN, la ciudad está investigando si su mudanza está respaldada legalmente y no contradice a un acuerdo que se firmó hace casi 30 años. La historia es la siguiente. Trump compró una residencia privada en 1985, convirtiéndola en un club exclusivo en 1993.

Las reglas de ese club recogen que ningún miembro de dicho club, incluido Donald Trump, podrá pasar más de tres semanas no consecutivas durante un año. Otra limitación es la de establecer el 500 el tope máximo de miembros de dicho club.

Trump volvió a Mar-a-Lago el 20 de enero, día en el que Biden juró su cargo como nuevo presidente de Estados Unidos. Desde el equipo del expresidente, aseguran a CNN que no hay "ningún acuerdo vigente" que le prohíba usar Mar-a-Lago como su residencia.

Sin embargo, el administrador municipal de Palm Beach, Krik Blouin, asegura que esta situación se está "revisando legalmente" con el abogado municipal. En definitiva, un problema más para Trump, que en pocos días hace frente a su segundo 'impeachment'.