Genocidio en Gaza
La odisea de intentar hablar con familiares o amigos en Gaza: "Algunas veces incluso me siento culpable"
Los detalles Kayed tiene a su familia aún en Palestina y cuenta que intenta establecer contacto con sus hermanas cada día. "Siempre estoy preocupado de recibir una mala noticia de un amigo o de mi familia, eso no falta", asevera.

Resumen IA supervisado
Las comunicaciones en Gaza se deterioran desde el inicio de la ofensiva israelí, que ha causado 66.000 muertes y destrucción masiva. Contactar por teléfono o internet es complicado tanto dentro como fuera del enclave. Kayed, quien dejó Gaza hace tres meses, intenta comunicarse con su familia diariamente, pero la ofensiva de Netanyahu lo dificulta. La desesperación crece cuando su hermana le informa que podría tener tifus y no sabe dónde acudir. Kayed se siente culpable por su situación más segura en comparación con la de su familia, que ha tenido que huir de su hogar y ahora vive separada.
* Resumen supervisado por periodistas.
Las comunicaciones en territorio gazatí cada vez son peores desde que comenzó la ofensiva israelí, que ya se ha cobrado la vida de 66.000 personas y ha dejado innumerables daños y viviendas arrasadas. Llamar por teléfono o enviar un mensaje por internet dentro del enclave palestino se ha convertido en una odisea, aunque para aquellos que pudieron huir y necesitan contactar con los que se quedaron tampoco es tarea fácil.
Kayed es uno de los afectados en este contexto, aunque él salió de Gaza hace tres meses y habla desde una vida totalmente diferente a la que tenía antes. Este hombre asegura que intenta establecer contacto con su familia cada día desde que se fue, pero que la dificultad es mayor conforme pasa el tiempo y se endurece la ofensiva del Ejército de Benjamín Netanyahu.
El gazatí asegura que muchas veces desespera esperando una respuesta de su familia. En uno de sus audios, una de sus hermanas le explica que cree que ha "cogido el tifus" y que no sabe "dónde acudir", ya que la situación en la que se encuentran es devastadora.
"Me siento culpable"
"Algunas veces incluso me siento culpable cuando me ducho o como", narra Kayed. La preocupación del palestino también crece a medida que pasan los días, sobre todo ahora, tras saber que su familia se había visto obligada a dejar su casa y huir por un ataque israelí: "Hola hermana, ¿cómo estáis? Espero que tengáis comida y bebida... ¿Dónde estáis?", son las preguntas que traslada cada jornada.
"Al salir de Gaza se han separado. Estaban todos juntos en una casa y ahora están en cuatro casas diferentes", señala. "Siempre estoy preocupado de recibir una mala noticia de un amigo o de mi familia, eso no falta", sentencia Kayed, que afirma "estar" aún en territorio gazatí aunque se hayan cumplido tres meses de su viaje a España.
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