El cuerpo del poderoso comandante de la Guardia Revolucionaria iraní Qasem Soleimani, asesinado por Estados Unidos en Irak, llegó este domingo a Irán, donde se van a celebrar ceremonias fúnebres en varias ciudades.
El primer funeral comenzó en la ciudad de Ahvaz, en el suroeste del país y fronteriza con Irak, y al mediodía los restos serán trasladados a la ciudad santa de Mashad (noreste) y posteriormente a Teherán.
En Ahvaz, decenas de miles de personas se congregaron para rendir homenaje a Soleimani entre gritos de "muerte a EEUU", "muerte a Israel" y "muerte a Arabia Saudí", según las imágenes retransmitidas en directo por la televisión estatal iraní.
Las autoridades iraníes han acusado a los aliados de Washington en la región, principalmente Israel y Arabia Saudí, de instigar el ataque que acabó el viernes con la vida de Soleimani, del vicepresidente de la milicia chií iraquí Multitud Popular, Abu Mahdi al Mohandes, y de otros miembros de este grupo.
Los restos de Al Mohandes y de al menos de otro de los fallecidos en el ataque forman parte del cortejo fúnebre en Irán ya que están mezclados con los de Soleimani y es necesario practicarles pruebas de ADN.
Tras estas pruebas, los restos de los iraquíes serán devueltos a su país, donde ayer se celebraron también cortejos fúnebres en Bagdad y otras ciudades. Las exequias continuarán mañana en Teherán, donde se celebrará el principal funeral, y terminarán en la ciudad natal de Soleimani, Kerman, en el sur del país.
Soleimani, fallecido a los 63 años, era comandante de la Fuarza Quds, encargada de las operaciones fuera de Irán de los Guardianes de la Revolución, y ha estado presente sobre el terreno en Siria y en Irak, supervisando a las milicias respaldadas por Teherán en ambos países árabes.
El líder supremo de Irán, Alí Jameneí, así como los principales dirigentes políticos y militares del país, han jurado que van a vengar el asesinato del influyente comandante.
Por su parte, el presidente de EEUU, Donald Trump, aseguró ayer que tiene identificados 52 objetivos de Irán para responder "muy rápido" y "muy fuerte" a las eventuales represalias de Teherán.