Durante los conflictos y enfrentamientos armados, pero también cuando se producen desastres naturales como terremotos o ciclones, mujeres y niñas suelen verse afectadas de forma desproporcionada, pese a lo cual la asistencia humanitaria no da prioridad a la igualdad de género, según denuncia ONU Mujeres.
La agencia de Naciones Unidas ha recopilado una serie de datos con motivo del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria para poner de relieve la necesidad de cerrar la "brecha de género" en esta materia y los beneficios que ello supondría a la hora de superar crisis.
Así, ONU Mujeres sostiene que los desastres matan a más mujeres que hombres y afectan más severamente a los medios de vida de las mujeres, mientras que el 60% de las muertes maternas ocurren en situaciones de emergencia humanitaria y todas las formas de violencia de género contra las mujeres y niñas alcanzan su punto máximo en caso de desastre o conflicto.
Según sus datos, 200,5 millones de personas se vieron afectadas por desastres naturales o desplazadas por el conflicto y la violencia en 2014 y el 50% de los refugiados que hay en el mundo son mujeres y niñas.
Sin embargo, sólo el 4% de proyectos originados de llamamientos interinstitucionales de Naciones Unidas se destinaron a mujeres y niñas en 2014, y sólo el 0,4 por ciento de todos los fondos para estados frágiles, es decir, los más afectados por desastres, se destinaron a grupos o ministerios de mujeres en 2012-13.
En lo relativo a la violencia de genero, se ha constatado que este fenómeno, incluida la violación y el matrimonio precoz y forzado, a menudo aumenta durante las crisis cuando se deterioran los mecanismos de protección, lo que niega a mujeres y niñas el derecho fundamental de vivir sin violencia.
En este sentido, se estima que una de cada cinco mujeres refugiadas o desplazadas en entornos humanitarios ha sufrido violencia sexual, aunque podría ser un dato inferior a la realidad. Por otra parte, según ONU Mujeres, las crisis suelen afectar más duramente a los medios de subsistencia de las mujeres, en parte también porque éstas suelen trabajar en sectores informales, lo que aumenta su riesgo de aceptar trabajo mal remunerado o sexo transaccional.
Además, las niñas tienen 2,5 veces más de probabilidades de no estar escolarizadas en países afectados por conflictos, que sus iguales que viven en países en paz.