Carolina Yuste

Editorial: Barret

Año de publicación original: 2025

Jara, la Jara, es una joven extremeña que vive su adolescencia en los albores de los años 2000. Su vida es eso que va de finde en finde al encuentro de sus mejores amigas para alisarse el pelo mientras se fuman unos pitis y planean la noche entre roncolas y parkineo. La Jara tiene toda la vida por delante, pero cuando eres joven toda la vida es hoy y hay que quemarla lo más rápido posible.

Una foto a una juventud en una época marcada por el No a la guerra

Toda mi violencia es tuya es una novela de crecimiento que fluye tan rápido como una noche de botellón entre amigos. La actriz Carolina Yuste toma una foto a una juventud en una época marcada por el No a la guerra, el 11S, el 11M en cuanto a los grandes acontecimientos que reescribieron el rumbo de nuestra historia a la vez que la popularización de los móviles. El Messenger y el Tuenti cambiaron la forma de comunicarse de una generación.

Las gatas que no hablan y tiran p'alante

"Está claro, doctor, que usted nunca ha sido una niña de trece años" escribe Jeffrey Eugenides en un momento de Las vírgenes suicidas, aquella novela, convertida después en película por Sofia Coppola, sobre un grupo de hermanas que viven en una casa opresiva y que solo encuentran la libertad cuando deciden poner fin a sus vidas.

La Jara es otro tipo de adolescente y en otra época, pero que también vive atrapada en un mundo que a ratos se le queda pequeño. Ella quiere acabar los estudios y estudiar baile en Madrid. Bailar la libera. Baila Don Omar, a Kiko y Sara, a Mónica Naranjo. Cuando baila saca toda la rabia que tiene dentro aunque eso a veces le haga llevarse alguna advertencia de sus amigas. "Te exhibes demasiado", "te miran demasiado", "mueves el culo demasiado", le dicen.

La Jara es una gata que siempre cae de pie

La conocemos en los preparativos del fin de semana. Como en todos los grupos de amigas, cada una tiene su papel. Jara es un torrente, le sobra energía y le borbota la vida a chorros. Le gusta tanto vivir como el Santi, un cani de esos de los que te han enseñado a darte cuenta que no te convienen, pero cuando hay cosquillas ahí abajo no manda la razón. La relación del Santi con la Jara es lo que hoy llamaríamos "una relación tóxica", pero a principios de los años 2000 esa expresión no existía, o al menos no era popular.

Al Santi le importa su moto y fliparse con ella. La Jara pierde el culo cuando le ve y le cuesta tanto dejarlo a él como al tabaco. El Santi es violento. Al Santi se le va la mano. La Jara es una gata que siempre cae de pie.

El debut prometedor de una mujer extraordinaria

Aunque las normas del castellano correcto promulgadas por la RAE nos dicen que colocar un artículo delante del nombre es vulgar, sí admite que en Chile y en Cataluña este uso es más transversal. Pero hay otro uso en el que el artículo delante del apellido está más que justificado: en el de la interpretación. En el mundo teatrero, colocarle el artículo delante del apellido a una actriz es un honor que pocas logran alcanzar y, ojo, que no funciona igual con hombres. La Espert, La Sardá, La Maura, La Xirgu y ojito con la Yuste.

Yuste escribe desde las entrañas una historia que se salta todas las reglas

Carolina Yuste es una de esas actrices que cuando irrumpen, uno se pregunta qué habíamos hecho hasta ahora sin ella. Que el público adora a la protagonista de La infiltrada es obvio. Que la Academia está rendida a ella, también. En 2019 ganó su primer Goya, esta vez como Mejor actriz secundaria por Carmen y Lola, el debut en el largo de Arantxa Echevarría. En 2025, después haber estado nominada a Mejor protagonista en 2024 por Saben aquell, obtuvo su segunda estatuilla gracias a su papel en La infiltrada, también a las órdenes de Arantxa Echevarría, pero es que en esta misma edición también competía en la categoría de Mejor cortometraje documental como directora de Ciao Bambina.

Ahora, su debut en la novela nos descubre también a una escritora que tiene mucho que aportar. Yuste escribe desde las entrañas una historia que se salta todas las reglas, ortográficas y de estructura, para hacer de su lectura una experiencia total, porque para llegar adonde Toda mi violencia es tuya quiere hacerlo, es necesario saltarse alguna norma.

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