Malasia e Indonesia se han ofrecido a acoger y asistir a los miles de refugiados que siguen atrapados en barcos en el golfo de Bengala a cambio de que la comunidad internacional ayude a repatriarlos en el plazo de un año.

El ministro de Asuntos Exteriores malasio, Anifah Aman, dijo que se pondrá fin al bloqueo marítimo de estos barcos en una rueda de prensa junto a su homóloga indonesia, Retno Marsudi, tras una reunión de urgencia en Kuala Lumpur en la que también participó el canciller de Tailandia.

En la reunión también se ha acordado ofrecer refugio temporal en este plazo de un año. Anifah indicó que no se ha decidido ninguna ubicación para dar refugio temporal a los inmigrantes e instó a la comunidad internacional a apoyar financieramente a los dos países para dar "asistencia humanitaria a los inmigrantes irregulares que se encuentran en peligro".

Del acuerdo se descolgó Tailandia, cuyo ministro de Exteriores, el general Tanasak Patimapragorn, evitó comparecer en la rueda de prensa junto a sus dos homólogos tras la reunión en Kuala Lumpur.

Unos 3.000 inmigrantes indocumentados, de Bangladesh y Birmania, la mayoría rohinyá, han desembarcado desde la semana pasada en Malasia e Indonesia pese a los intentos de la Marina de estos tres países por mantenerlos alejados de su litoral.

Fue la ONU quien instó a los gobiernos de los tres países a celebrar dicha reunión para facilitar el desembarco de los atrapados en el mar y dar protección y prioridad a vidas humanas.

Según estas organizaciones 88.000 personas se han embarcado desde 2014, incluidos 25.000 en el primer trimestre de este año, de los cuales unos dos mil habrían muerto por las malas condiciones del viaje y el maltrato sufrido a manos de los traficantes.