Una antigua estación de tren al sur de Manhattan será el lugar que albergue el 'Lowline', un bosque vanguardista subterráneo ideado en 2011 por el arquitecto y exingeniero de la NASA James Ramsney. El proyecto no verá la luz hasta el año 2020.
La directora adjunta del proyecto, Robyn Shapiro, ha afirmado que el 'Lowline' será el primer parque subterráneo del mundo. También ha declarado que el plan ya cuenta con el beneplácito del Ayuntamiento de Nueva York, por lo que este singular jardín podría abrir sus puertas a partir de 2020.
La extensión del parque pretende alcanzar las tres manzanas, donde se encuentra la antigua terminal del puente de Williamsburg, que fue inaugurada en 1903 y clausurada en 1948. Aunque aún quedan cuatro años para disfrutar de este jardín, de momento se puede visitar una pequeña muestra en la calle Essex llamada 'Lowline Lab'.
Esta prueba piloto ha costado un total de 200.000 dólares, y se ha podido financiar gracias a una campaña 'Kickstarter'. Se podrá visitar todos los fines de semana hasta marzo de 2017, siendo esta la fecha límite que tiene el equipo creativo del proyecto para recaudar los 70 millones de euros que costaría el parque.
Tras el verano de 2018, el propietario de la estación abandonada, la Autoridad Metropolitana de Nueva York (MTA, por sus siglas en inglés), cedería la licencia del espacio para empezar a construir el jardín subterráneo. En la prueba piloto del proyecto, ya se pueden apreciar más de 3.000 especies de plantas.