En las impactantes imágenes se puede ver cómo el agua arrasa Mocoa, arrastrando todo a su paso. Algunos han conseguido huir de las trampas mortales en las que se han convertido sus casas, y su desesperación se escuchaba en las llamadas telefónicas: "Suplicamos ayuda, ¡el río se nos metió! Que alguien que nos escuche, por favor".
En la noche del viernes cayó en Mocoa el 30% de la lluvia de todo el mes, mucho más de lo que pudieron aguantar los tres ríos que atraviesan esta localidad colombiana. Los tres se desbordaron provocando avalanchas y fuertes riadas.
A la luz del día, sigue el peligro de corrimientos de tierra mientras los equipos de emergencia se afanan en buscar a las decenas de desaparecidos. "Sólo sé que el marido no pudo sostenerle la mano y se la llevó la riada", contaba una de las afectadas. Pero la lista más dolorosa es la de los niños que siguen sin aparecer. Sus familias no paran de buscarlos.
A vista de dron, la imagen es desoladora. Poco ha quedado en pie y las viviendas que han aguantado son inhabitables. La mayoría lo ha perdido todo en una tragedia sin precedentes en esta zona de Colombia.