El número de muertos por los incendios en California ha aumentado a 88 personas, mientras que más de 1.200 continúan desaparecidas, según el último balance de las autoridades.

El más letal y destructivo de los incendios es el de Camp Fire, en el condado de Butte, en el norte de California, que ha matado al menos a 63 personas y ha arrasado la localidad de Paradise.

Está contenido en un 50% y mucho menos ha dejado de representar peligro para la población, sobre todo mientras se mantengan los secos y fuertes 'vientos del diablo' en la región.

El número de personas desaparecidas ha aumentado a un total de 1.276, a pesar de que las autoridades han encontrado a decenas de personas que se encontraban perdidas en los alrededores del foco en Camp Fire.

A los muertos y desaparecidos hay que añadir al menos 145 afectados por norovirus, una enfermedad gastrointestinal declarada en cuatro refugios, y que ha provocado que al menos 25 personas hayan tenido que ser hospitalizadas.

Por su parte, el incendio de Hill, que se desató el jueves pasado en el sur de California pocas horas después de que un tiroteo masivo dejó 12 muertos en un bar cercano, ahora está totalmente controlado, según las autoridades.

Los bomberos todavía están investigando la causa del incendio en Hill, pero dan por seguro que se trata de un acto humano, según, según el Departamento de Bomberos.

Mientras tanto, el tercer incendio, el de Woolsey estaba contenido en un 69%. La causa del incendio también está siendo investigada.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha visitado las zonas más afectadas y se ha reunido con el personal que trabaja en la extinción y en el apoyo a los desplazados, pero ha vuelto a criticar a las autoridades por la gestión de los fuegos.

Los fuegos han devastado ya casi 100.000 hectáreas y han obligado a evacuar pueblos enteros: hay 272.000 evacuados en todo el estado. Las clases están suspendidas en el norte de California debido a la mala calidad del aire por el humo de los incendios.