El Ejército de Nigeria espera hacerse con los últimos pocos bastiones que le quedan al grupo terrorista Boko Haram en el noreste del país en las próximas semanas, según ha indicado el comandante a cargo de la operación para acabar con siete años de insurgencia.

El Ejército no cumplió con la fecha tope de diciembre fijada por el presidente Muhammadu Buhari para acabar con el grupo, que quiere establecer un califato islámico en la zona en torno al lago Chad, pero ha conseguido recuperar buena parte de su territorio, que en un momento dado llegó a ser del tamaño de Bélgica.

El general Lucky Irabor, comandante de la operación, ha explicado este miércoles que los yihadistas están ahora escondidos en unos pocos reductos en el bosque de Sambisa, donde se cree que están las más de 200 niñas secuestradas de la localidad de Chibok en 2014, y dos áreas próximas al lago Chad y serán expulsados "en semanas".

Pese a los reveses, Boko Haram sigue siendo capaz de perpetrar atentados suicidas de forma regular en Nigeria y en los vecinos Chad, Níger y Camerún. Desde 2009, más de 15.000 personas han muerto, 2,3 millones se han visto desplazadas y la economía local se ha visto diezmada. "Casi todos los lugares controlados por los terroristas de Boko Haram han sido recuperados. Estamos hablando solo de unos pocos pueblos y localidades", ha explicado Irabor en una entrevista en su base en Maiduguri, en el estado de Borno, donde surgió Boko Haram.

Buena parte del éxito de su retroceso se debe a una mejor cooperación con los países vecinos, especialmente Chad, cuyas fuerzas han estado atacando a los milicianos de Boko Haram que huyen a través de la frontera.