Ucrania cuenta con una nueva arma que tiene en jaque a los barcos rusos y a sus puertos. Se trata de unos drones marítimos no tripulados de fabricación ucraniana que miden cinco metros y medio de largo y metro y medio de ancho.

En total, pueden transportar hasta 450 kilos de explosivos a 80 kilómetros por hora y tienen un alcance máximo de 800 kilómetros. Además llevan cámaras instaladas que transmiten imágenes en tiempo real a la persona que lo controla.

Cuenta con varias ventajas como que son bastante económicos de fabricar, se despliegan rápidamente y son difíciles de detectar por los radares de la flora rusa.

"Operan normalmente de noche, aprovechando ese momento en el que solo determinados buques pueden tener contramedidas efectivas contra este tipo de armas, tratando de causar problemas en la navegación rusa", explica el director de 'The Political Room', Yago Rodríguez.

Estos dispositivos son los protagonistas ya de once ataques importantes contra Rusia. En su historial se atribuyen bombardeos como el del puente de Kerch el pasado julio, el de un petrolero ruso este fin de semana o el ataque contra un buque de la armada rusa que transportaba combustible para el Ejército en el puerto de Novorosiysk.

"Es un método relativamente barato para que, de forma asimétrica, alguien con pocos recursos pueda enfrentarse a toda una armada muy avanzada. Es una amenaza real, tangible y preocupante", asegura el periodista Jesús Manuel Pérez Triana.

De hecho, tal es su efectividad que otros ejércitos del mundo toman nota ya de estos drones navales ucranianos.