Las dos siamesas de tres meses compartían el mismo hígado mediante la unión de sus abdómenes.
Un equipo de 30 médicos ha conseguido separarlas con éxito, tras ocho horas de operación, en la que no se ha necesitado ni siquiera una transfusión de sangre. Ahora las pequeñas de tres meses se recuperan perfectamente y pronto volverán a casa.