De las 307 personas que viajan a bordo del Boeing 777 accidentado, tan sólo una permanece en paradero desconocido, según el último balance ofrecido por las autoridades, citadas por la cadena CNN. Un total de 181 personas tuvieron que ser trasladadas a hospitales, y 49 de ellas se encuentran en estado grave.

Según la emisora local KTVU, 34 heridos están ingresados en el Hospital General de San Francisco, de los cuales 23 son adultos y 11 niños. Cinco de ellos están en estado crítico. El avión accidentado llegaba desde Seúl con 291 pasajeros y 16 tripulantes a bordo, y no había señalado a la torre ninguna anomalía al encarar el aterrizaje, a las 11.36 hora local (18.36 GMT).

Fuentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) indicaron que no hay indicios de momento de ninguna acción terrorista relacionada con el suceso, según la cadena ABC7 News. La Junta Nacional para la Seguridad en el Transporte (NTSB en inglés) ha desplazado a sus equipos al lugar del siniestro para investigar las causas. También la compañía Boeing ha ofrecido su colaboración técnica con el fin de esclarecer lo sucedido.

Aparentemente, el avión realizó la maniobra de aterrizaje con un ángulo anormal y golpeó la pista con la parte trasera al tomar tierra. Como consecuencia de ello, el piloto perdió el control y el aparato se arrastró envuelto en una densa columna de humo blanco hasta que se detuvo.

Más de un centenar de pasajeros pudo escapar por dos puertas en el costado izquierdo de la aeronave empleando las rampas hinchables para las salidas de emergencia, antes de que se prendiera fuego. Los vídeos tomados por testigos y las estaciones de televisión muestran la parte alta del fuselaje del Boeing quemada hasta la mitad de la cabina, y los alerones de la derecha abollados, con la fractura de uno de los motores. La cola del avión aparece totalmente desprendida.

Asiana Airlines, considerada la segunda compañía aérea en tamaño de Corea del Sur, por detrás de Korean Air, informó de que en el vuelo viajaban 141 ciudadanos chinos, 77 coreanos, 61 estadounidenses y un japonés. El cierre de las operaciones en el aeropuerto de San Francisco repercutió en la suspensión de vuelos o desvíos de aviones en cientos de aeropuertos de todo Estados Unidos.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue informado del suceso y dirigió su "pensamiento" y sus "plegarias" a todos los familiares que han perdido a un ser querido y a los afectados por el accidente, según un comunicado de la Casa Blanca.

El último accidente grave de aviación ocurrido en Estados Unidos se produjo el 12 de febrero de 2009, cuando un vuelo operado por Colgan Air se estrelló en una vivienda cerca de la ciudad de Buffalo, en el estado de Nueva York. En el accidente murieron las 49 personas que viajaban a bordo y un habitante de la casa donde se cayó el avión.