Política racista

El doble rasero de Trump en su política de asilo: acoge a sudafricanos blancos mientras desprotege a refugiados afganos

El contexto
El Gobierno de Estados Unidos ha dado una bienvenida institucional a 49 afrikáners que llegaron al país en calidad de refugiados, al mismo tiempo que ha retirado el amparo migratorio que protege a miles de ciudadanos afganos de la deportación.

El subsecretario de Estado, Christopher Landau, recibe a refugiados afrikáneres de Sudáfrica.
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Para Trump, los afrikáners (sudafricanos blancos descendientes de colonos neerlandeses) están sufriendo un "genocidio" en Sudáfrica y hay que salvarlos, pero los afganos, cuyo país está bajo el mandato talibán, pueden volver a casa tranquilamente. Ese es el doble rasero que gasta el presidente de Estados Unidos, el mismo que ha impuesto una política migratoria de cierre de fronteras, pero que ha recibido con todas las galas al primer grupo de 49 afrikáners llegados al país en calidad de refugiados por sufrir lo que Trump ha calificado de una "discriminación racial injusta en Sudáfrica".

La recepción ha tenido lugar este lunes y por todo lo alto. El encargado de recibirles ha sido el subsecretario de Estado, Christopher Landau, quien acudió al Aeropuerto Internacional de Dulles, a las afueras de Washington. La frase de acogida ha sido una clara definición de lo que entienden por personas que valen (y las que no, por descarte): "Cuando tienes semillas de calidad, puedes sembrarlas en tierra extranjera y florecerán. Nos emociona darles la bienvenida a nuestro país, donde creemos que florecerán", dijo Landau a los recién llegados, que tienen previsto desplazarse a otras partes del país.

En un comunicado del que se hace eco EFE, la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, tachó a la operación de un "gran logro", en línea con el llamamiento de Trump a "priorizar el reasentamiento" de un "grupo vulnerable que enfrenta una discriminación racial injusta en Sudáfrica". Estos 49 sudafricanos son los primeros desde que Trump abriera la puerta en febrero al reasentamiento de "refugiados afrikáners" a través de una orden ejecutiva que bloqueó la ayuda a Sudáfrica bajo acusaciones de "confiscar" tierras a la minoría blanca, algo que niega el Gobierno sudafricano.

Un "genocidio" para Trump

Horas antes de la llegada de los asilados, el presidente estadounidense justificó el refugio para ese grupo de personas porque, aseguró, están sufriendo un "genocidio" en Sudáfrica. Y desmintió, a pesar de las evidencias, de que se trate de una cuestión racista: "Que sean blancos o negros no es importante para mí, pero son granjeros blancos que están siendo asesinados brutalmente y sus tierras están siendo confiscadas en Sudáfrica", declaró en una rueda de prensa en la Casa Blanca.

Sudáfrica niega las acusaciones. Trump dijo que podría reunirse con el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, la próxima semana en la Casa Blanca, e insistió en que Estados Unidos no participará en el G20 de Sudáfrica mientras se mantenga la supuesta discriminación contra los afrikaners. Ramaphosa afirmó este lunes que los afrikáners que partieron hacia Estados Unidos no cumplen con las características de refugiados porque no sufren ningún tipo de persecución, recoge EFE. El programa bajo el que han llegado estas personas, que otorga asilo a personas que huyen de conflictos, desastres naturales y crisis humanitarias, está suspendido desde la llegada al poder en enero de Trump. Además, el periodo de espera para que los refugiados sean procesados y reciban la autorización de viaje a EE.UU. usualmente puede tardar años, detalla la agencia.

Quienes no son una buenas "semillas" para el Gobierno estadounidense son los afganos, a quienes retiró la protección recientemente. Washington ha acabado con un amparo migratorio que les protege de la deportación y les permite trabajar legalmente en EEUU. Para Trump, la situación de Afganistán ha "mejorado" y los migrantes que huyeron tras la salida de las tropas estadounidenses pueden volver a su país. Obvia el presidente de raíces europeas que el país afgano está sometido de nuevo al régimen represor de los talibán.

Varios manifestantes se reunieron en el Aeropuerto de Dulles para protestar contra la llegada de los sudáfricanos blancos en calidad de refugiados, en un proceso acelerado que denota un "trato especial", según denunciaron a medios locales.

La fijación de Trump con Sudáfrica

La fijación del presidente norteamericano con Sudáfrica viene desde hace unos meses, cuando empezó a acusar al país de estar "confiscando tierras y tratando muy mal a ciertas clases de personas" y le amenazó con tomar medidas. Sudáfrica se sumaba así a los países enemigos de Trump, en la línea de las acusaciones vertidas contra Colombia, México, Canadá y China. La falta de una explicación que dé más sentido a esa fijación, los analistas asocian el enfado del presidente estadounidense con el protagonismo de Sudáfrica en el grupo BRICS, cuyos planes para prescindir del dólar como moneda de intercambio comercial han enfurecido al magnate.