Su ADN en uno de los últimos paquetes bomba enviados lo ha delatado. De ahí, han seguido su rastro. La pista la iba dibujando su teléfono hasta que han dado con él en una tienda en Florida, donde lo han detenido. Es el principal sospechoso de esta inquietante trama.

Fuera, la que se presupone su furgoneta estaba rodeada de agentes del FBI que la han revisado al milímetro. Una furgoneta hecha altar, cubierta con pegatinas para venerar aquello que apoya: a Trump y los republicanos, y para poner en el punto de mira a sus opositores, los demócratas.

El vehículo ha sido tapado con una lona azul y transportada para ser inspeccionada. Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado el arresto desde la Casa Blanca: "Han detenido al sospechoso y está bajo custodia". Un anuncio que ha sido vitoreado, y que ha aprovechado para después añadir que acabará con estas situaciones.

"Estos actos terroristas son despreciables y no tienen cabida en nuestro país". La prensa estadounidense ha identificado al sospechoso como Cesar Sayoc, un hombre de 56 años con antecedentes penales y numerosas detenciones; una de ellas, por haber amenazado con usar una bomba. Unos paquetes que han continuado llegando a primera hora del día.

Los objetivos han sido el senador demócrata Booker y el exdirector de la Oficina de Seguridad Nacional de Obama, Clapper. La campaña para las legislativas la ha copado los artefactos explosivos caseros que ha alentado, uno poco más, la ya habitual tensión política en el país.