El fallo fue emitido tras cinco semanas de juicio durante el cual el acusado admitió haber reutilizado jeringuillas con los pacientes de la aldea, en la que ejerció durante 20 años, pero pidió clemencia. "Traté a la gente honestamente. No tuve ninguna intención de infectarles con el VIH por lo que solicitó al juez que reduzca la sentencia", dijo el acusado en su declaración final.
El juez también impuso a Yem una multa de 5 millones de rieles (unos 1.250 dólares) y el pago de indemnizaciones a 107 afectados de entre 50.000 rieles (12,5 dólares) y 120.000 rieles (30 dólares).
Las autoridades camboyanas detectaron a finales del año pasado un brote de VIH en la aldea de Roka que afectó a al menos 260 vecinos, incluidos niños y ancianos, de los cuales al menos 10 han muerto en el último año.
En Camboya, el número de casos de infección por el VIH en personas de entre 15 y 49 años ha descendido del 1,6 por ciento que había en 2000 al 0,6 por ciento en 2015, y el acceso a los antiretrovirales es de los más amplios en la región, según ONUSIDA.