Centenares de residentes llegaron a los accesos del suroeste de Mosul huyendo de la violencia, según pudo constatar, y desde allí fueron trasladados en vehículos del Ejército iraquí y autobuses públicos a los campamentos de desplazados ubicados en las zonas de Al Qayara y Hamam al Alil, al sur de la localidad.

Los combates en la zona histórica de Al Nabi Sheit provocaron el desplazamiento de cientos de familias, después de que los yihadistas lanzaran proyectiles de mortero sobre el distrito ante la llegada de las tropas gubernamentales, dijo a Efe el portavoz de las Fuerzas de Respuesta Rápida, Abdelamir al Mahmadaui.

Según Al Mahmadaui, en los enfrentamientos fueron abatidos al menos 37 yihadistas, entre ellos cinco terroristas suicidas. Por otra parte, las Fuerzas Antiterroristas iraquíes rescataron a 35 civiles que se encontraban bajo los escombros de dos edificios destruidos por el impacto de morteros en el barrio de Uadi Hayar, tomado por las tropas hace tres días.

Abdelhakim Abdelsatar, de 25 años y que sobrevivió bajo los escombros junto a su familia durante esos tres días, relató a Efe que llamó a uno de sus parientes para que informara a las tropas del lugar exacto dónde se encontraban y pudieran localizarles y salvarles.

Los yihadistas del EI están tomando represalias contra los civiles, antes de verse obligados a retirarse de los barrios occidentales de Mosul por el avance de las unidades del Ejército y la Policía iraquí, y buscan provocar el mayor destrozo posible antes de abandonar las áreas que controlan en la ciudad.

Esto no está impidiendo a las tropas gubernamentales proseguir en su batalla y las Fuerzas Antiterroristas se situaron a la entrada de los barrios de Al Risala y Al Nift, según el comandante de este cuerpo especial apoyado por EE.UU., Abdelwahab al Saadi.

Al Saadi añadió que sus hombres están limpiando de explosivos los barrios de Al Sumud, Al Mansur y Tel al Rumán, tras haberse hecho con su control, y tomaron asimismo amplias partes de los distritos de Al Shuhadá 1, Al Shuhadá 2 y Al Muelmin.

Agregó que en los combates destruyeron cuatro coches bomba y mataron a al menos 45 yihadistas del EI en las zonas donde sus fuerzas progresan lentamente, pero sin pausa desde hace varios días.

El 19 de febrero empezó la ofensiva sobre la parte oeste de Mosul, después de que las fuerzas iraquíes consiguieran expulsar al EI de la mitad este a finales de enero. Los cuerpos gubernamentales están arrebatando cada vez más territorio a los radicales en el interior de la ciudad, la segunda de Irak, y en sus alrededores.

La IX División Blindada del Ejército y combatientes de la milicia progubernamental Multitud Popular tomaron el control de la comarca de Badush, uno de los feudos del EI situado a 25 kilómetros al oeste de Mosul, informó a Efe el coronel Mostafa Mesbah.

Los uniformados, apoyados por las milicias lideradas por chiíes, liberaron otras ocho localidades cerca de esa comarca y mataron a decenas de yihadistas, entre ellos siete terroristas suicidas.

La gran campaña militar para expulsar al EI del norte de Irak dio comienzo en octubre de 2016 y en este tiempo más de 215.000 personas se han visto desplazadas, de acuerdo con los últimos datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).

Se cree que en la parte occidental de Mosul todavía hay unos 400.000 civiles, según la ONG Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), y la ONU calcula que como mínimo 245.000 personas podrían huir de esa zona de la urbe, donde habitaban unas 800.000 antes del comienzo de las operaciones militares.

El EI irrumpió en Mosul en junio de 2014 y la convirtió en la capital iraquí de su autoproclamado califato.