El asesinato de Malcolm X fue uno de los crímenes que marcó la historia de Estados Unidos. Sin embargo, el caso ha dado un giro de 180 grados a raíz de la publicación de un documental que pone en duda la autoría de dos de los condenados. En él se demuestra que se ocultaron pruebas que demostraban su inocencia. La Fiscalía, tras una larga investigación, va a pedir este jueves que los exoneren.

Todo comenzó en febrero de 1965, cuando la incómoda voz de Malcolm X, orador, ministro religioso y activista estadounidense contra el racismo, se apagó para siempre. El día 21, fue asesinado a tiros cuando intervenía en una reunión de la Organización de la Unidad Afroamericana. Dos de los implicados, Muhammad Abdul Aziz y Khalil Islam -en el momento de los hechos se llamaban Norman 3X Butler, y Thomas 15X Johnson- fueron condenados.

Pasaron más de 20 años en la cárcel y obtuvieron la libertad condicional en los años 80. Uno de ellos murió en 2009 sin la oportunidad de saber que, ahora, la Fiscalía pide su exoneración a la Justicia. Su inocencia era conocida desde hace décadas, por muchos. "Todo el mundo sabía que estos dos hombres eran inocentes y sus familias sufrieron muchísimo", ha explicado Barry Scheck, miembro de la organización 'Innocence Project'.

A raíz de un documental de Netflix, la Fiscalía de Manhattan reabrió el caso. Ahora reconoce que ellos mismos, la Policía y el FBI ocultaron pruebas que exculpaban a los acusados. No aclara las las principales dudas: quiénes y por qué mataron a Malcolm X. Hace unos meses se hizo publica la confesión póstuma de un policía de Nueva York. Decía haber participado en una conspiración del FBI para facilitar el asesinato del activista.

La sombra de la agencia de inteligencia estadounidense siempre estuvo tras el caso. Su todopoderoso director, Edgar Hoover, llegó a enviar un telegrama a la oficina del FBI en Nueva York instando a "hacer algo" respecto a Malcolm X. Él fue la cara más combativa y radical de la lucha de los negros y un declarado comunista. Su asesinato sigue plagado de incógnitas. Al menos, ahora se hace justicia, aunque tarde, con dos víctimas de las mismas injusticias que él combatía.