En Lugo, un 42% de los ciudadanos se ven obligados a recurrir a la asistencia del Estado. Pensiones, subsidios de desempleo o ayudas sostienen a las familias. En Vilalba viven los De Castro, pendientes de 400 euros al menos. No es un caso excepcional. Casi 3 de cada 10 españoles se ven en esta encrucijada.

En el mapa de la necesidad, apenas cuatro provincias pueden presumir de rebajar esa cifra por debajo del 26% de su población. El grueso están en la media, y el resto superan la barrera del 30%, con cuatro casos por encima del 35: Asturias, León, Orense y la ya mencionada Lugo.

Las familias, con el agua el cuello, apenas pueden agarrase a un salvavidas estatal, que cada vez es más pequeño. Pilar y Antonio tienen tres hijos y las cuentas no les salen.

Los malabarismos serán cada vez más habituales, porque las ayudas están condenadas a menguar. El único asidero para el sistema es que aumente a mayor ritmo el número de cotizantes.