El número de ocupados disminuyó en mayor medida que aumentó el de parados debido a que la población activa (personas que trabajan o buscan un empleo) se redujo en 52.600 personas, hasta situarse en 22.693.300, dejando la tasa de actividad (58,78 %) en niveles no registrados desde 2006.
En términos interanuales, el desempleo se redujo en 536.400 personas en el último año, pero el empleo se incrementó sólo en 408.700 personas, debido a que la población activa disminuyó en 127.700 personas.
En los tres primeros meses del año, el paro aumentó en todos los sectores, pero principalmente en los servicios (104.800 desempleados menos), seguido de la industria (9.400), la construcción (3.700) y la agricultura (300). Por el contrario, se redujo entre los desempleados de larga duración (75.800 personas) y entre los que buscan su primer empleo (25.200).
En función del sexo, el aumento del paro se concentró en las mujeres (21.700 desempleadas más), mientras que en los hombres se redujo (4.500 menos), lo que dejó un mayor número de féminas desempleadas (73.900 más) con una tasa de desempleo (20,51 %) superior a la masculina (17,22 %).
Por edad, el incremento del desempleo se concentró en el tramo de 25-54 años (53.300 parados más), en tanto que disminuyó en los demás grupos; mientras que por nacionalidad, el alza fue absorbida por los extranjeros, con 28.600 más, en tanto que se redujo en 11.300 entre los españoles.
Por regiones, los mayores descensos del número de parados durante el primer trimestre se dieron en Andalucía (47.900 menos), Madrid (15.000) y País Vasco (5.800), mientras que los mayores incrementos se registraron en Cataluña (18.200), Baleares (16.700) y Galicia (12.900).
En cuanto a la ocupación, el empleo aumentó en la agricultura (31.000 personas más) y en la construcción (2.100), mientras que disminuyó en los servicios (94.700 menos) y la industria (8.200). El empleo a tiempo completo disminuyó en 111.100 personas, mientras que el de tiempo parcial aumentó en 41.300, de forma que se incrementó el porcentaje de personas que trabajan por debajo de la jornada habitual (al 15,59 %).
El número de autónomos bajó en 23.800 personas, pero el de empleadores subió en 22.900; mientras que el número de asalariados se redujo en 44.600 personas, gracias al descenso de los contratados temporales (122.600 personas) que compensó el incremento de los indefinidos (78.000), reduciéndose así la tasa de temporalidad (25,75 %).
El empleo en el sector privado disminuyó en 57.600 personas, hasta los 15,4 millones de ocupados, y el empleo público, en 12.300 personas, hasta 2,9 millones. El empleo se incrementó entre los jóvenes de 20 a 24 años y en los mayores de 50 y se redujo en el resto y, en función del sexo, bajó tanto en los hombres (23.400) como entre las mujeres (46.500); mientras que por nacionalidad la reducción del empleo se concentró en los españoles.
Los mayores incrementos de ocupación se dieron en Andalucía (63.100 trabajadores más), en tanto que los mayores descensos del empleo se dieron en la Comunidad Valenciana (29.300 menos), Baleares (22.100) y Canarias (16.600).
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