En 2003, Rodrigo Rato era el hombre fuerte de la economía española. Desde su sillón de vicepresidente concedió una subvención de casi un millón de euros a una empresa vinculada a él, según Okdiario.com.

Layosalud no tenía empleados cuando recibió la millonaria ayuda y apenas contaba con 150.000 euros de capital social, que se amplió en 850.000 euros menos de un año después. En 2006 llegó a la sociedad su hombre de confianza Miguel Ángel Montero Quevedo.

Con su gestión al frente de Bankia cuestionada en los tribunales y el juez investigando a fondo el origen de su patrimonio, es la primera vez que se arrojan dudas sobre si obtuvo algún beneficio de su posición política.

Sin embargo, sus excompañeros siguen insistiendo en diferenciar. "Deberíamos ser capaces de separar la actividad pública de la actividad privada de cualquier persona", explica el ministro de Justicia.

En 2013 el Gobierno reclamó la ayuda a la sociedad, hoy en proceso de liquidación, al no haber invertido los siete millones comprometidos para recibirla.