La tasa de inflación de la zona euro, que en noviembre se moderó al 2,4%, su nivel bajo desde el verano de 2021, experimentará un repunte en el presente mes de diciembre, según ha advertido este jueves la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, quien ha anticipado también un ritmo menos intenso de contención de las subidas de precios a lo largo de 2024.
"Este mes, es probable que la inflación repunte debido a un efecto de base al alza en el coste de la energía", ha advertido la francesa durante la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, que ha mantenido sin cambios los tipos de interés. La banquera central de la zona euro ha indicado que la entidad espera que, en 2024, la inflación disminuya más lentamente debido a nuevos efectos de base al alza y a la eliminación gradual de medidas fiscales anteriores destinadas a limitar las repercusiones del shock de los precios de la energía.
De cara al futuro, Lagarde ha apuntado que los riesgos alcistas para la inflación incluyen el aumento de las tensiones geopolíticas, que podrían elevar los precios de la energía en el corto plazo, y los fenómenos meteorológicos extremos, que podrían hacer subir los precios de los alimentos. Asimismo, ha advertido de que la inflación también podría resultar más alta de lo previsto si las expectativas de inflación superaran la meta del BCE, o si los salarios o los márgenes de beneficios aumentaran más de lo esperado.
Por el contrario, Lagarde considera que la inflación puede sorprender a la baja si la política monetaria reduce la demanda más de lo esperado o si el entorno económico en el resto del mundo empeora inesperadamente, posiblemente debido en parte al reciente aumento de los riesgos geopolíticos.
Pide una política monetaria más estricta
En cuanto a la economía de la zona euro, que se contrajo un 0,1% en el tercer trimestre, la presidenta del BCE ha destacado que el mercado laboral sigue apoyando la actividad, mientras que, al mismo tiempo, el debilitamiento de la economía está frenando la demanda de trabajadores. Por otro lado, a medida que la crisis energética se desvanece, Lagarde ha insistido en que los gobiernos deberían seguir retirando las medidas de apoyo implementadas para contener el impacto de la subida del coste de la vida.
"Esto es esencial para evitar aumentar las presiones inflacionarias a medio plazo, que de otro modo exigirían una política monetaria aún más estricta", ha advertido. Además, ha recomendado que las políticas fiscales deben diseñarse para hacer la economía más productiva y reducir gradualmente la elevada deuda pública, acometiendo reformas estructurales e invirtiendo para mejorar la capacidad de oferta de la zona euro. "Para ello, es importante llegar rápidamente a un acuerdo sobre la reforma del marco de gobernanza económica de la UE", ha reiterado Lagarde, añadiendo que "es imperativo" acelerar los avances hacia la Unión de los Mercados de Capitales y la realización de la Unión Bancaria.
Nuevas previsiones del BCE
El BCE prevé que en la zona euro la inflación descienda "gradualmente" durante el próximo año y que se acerque al objetivo de estabilidad de precios del 2% en 2025. En conjunto, anticipa que la inflación general se sitúe en promedio en el 5,4% en 2023, el 2,7% en 2024, el 2,1% en 2025 y el 1,9% en 2026. En comparación con las proyecciones de septiembre, esto supone una revisión a la baja para 2023 y, especialmente, para 2024.
De excluirse el impacto de la energía y los alimentos, la variable subyacente se situará en el 5% en 2023, el 2,7% en 2024, el 2,3% en 2025 y el 2,1% en 2026. "La inflación subyacente ha seguido moderándose, pero las presiones inflacionistas internas continúan siendo intensas, debido principalmente al fuerte crecimiento de los costes laborales unitarios", ha explicado el BCE.
En lo referido al crecimiento, si bien este será reducido en el corto plazo, el BCE espera que se recupere gracias al incremento de las rentas reales, ya que los ciudadanos se beneficiarán de la caída de la inflación y del aumento de los salarios, pero también por la mejora de la demanda externa. En consecuencia, se anticipa un repunte desde el 0,6% de 2023, hasta un 0,8% en 2024, y un 1,5% tanto para 2025 como 2026.
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