El ahorro se evapora como nunca antes lo había hecho hasta el mes de julio. Los depósitos bancarios pierden 19.584 millones de euros en lo que va de año, según el Banco de España, porque los ahorradores lo necesitan o buscan mayores rendimientos. Hay que tener en cuenta que la inflación sigue persistiendo, sobre todo la que afecta a productos menos volátiles como es la subyacente, y que los tipos de interés encarecen todos los créditos. Mientras, los depósitos no pueden competir con la rentabilidad de la renta fija.

Si relacionamos el descenso del ahorro con el gasto, hablamos de inflación y de sufragar las vacaciones más caras de la historia. Según José Luis Nueno, profesor del IESE y autor de 'Todo es terrible, pero yo estoy bien', editado por Aecoc, la cuenta media de los asalariados es deficitaria en 2.781 euros anuales. Sus cuentas salen relacionando unos ingresos medios de 19.817 euros frente a unos gastos de 22.598 euros. El saldo negativo se palia con "ahorros, un poco de crédito y la renta de apoyo familiar", según apunta.

El otro gran consumo del ahorro es la deuda. Los altos intereses, con el euríbor asentado por encima del 4%, han conseguido que los deudores que pueden amorticen por adelantado, porque "tener menos deuda es parecido a tener mayor ahorro", comenta Leopoldo Torralba, economista de Arcano Partners.

Como termómetro de este tipo de decisiones podemos tomar el capital pendiente de amortizar de los préstamos hipotecarios, que está por debajo de los 487.000 millones de euros, algo que no ocurría desde hace 17 años (junio de 2006). Aunque Torralba aclara: hay más amortizaciones, pero no es que sean masivas sino que "se está cumpliendo el calendario" de muchas, en concreto de todas las que se firmaron antes de la crisis financiera.

Pero el ahorro no solo se consume, también se fuga en buena medida. Según Torralba, "hay muchas personas que están sacando depósitos para ganar rentabilidad invirtiendo en letras del tesoro o en fondos de inversión". Actualmente los fondos de renta fija que ofrecen algunos bancos pueden superar el 3% de rentabilidad anual, y el 3,5% si hablamos de las últimas subastas de Letras del Tesoro, frente a los depósitos bancarios que en muchas ocasiones no llegan al 2%, al menos por el momento.