El Ibex 35 ha ganando un 3,6% en 2014 y ha cerrado el año por encima de la cota de los 10.000 puntos por primera vez desde 2009. Tras la volatilidad sufrida en los últimos compases del ejercicio que le llevaron a adentrarse en pérdidas, el selectivo finalmente ha logrado anotarse su segunda subida anual consecutiva.
Pese a que el alza acumulada desde enero está lejos del 21,4 % de subida en 2013, el IBEX ha batido a sus homólogos europeos, ya que el DAX de Fráncfort ha subido un 2,65 % y el MIB de Milán, un 0,23 %, en tanto que los parqués de París y Londres han cerrado con pérdidas anuales, del 0,54 % y del 2,71 %, respectivamente.
El indicador se ha movido este año entre el mínimo anual de cierre de 9.669 alcanzado el 16 de octubre y el máximo de 11.187 del 19 de junio.
La bolsa española comenzaba el año con buen pie y se sobreponía a la crisis de las divisas de países emergentes, la desaceleración de China o la retirada de los estímulos monetarios en EEUU, donde los principales indicador de Wall Street comenzaban a encadenar máximos históricos.
Los resultados empresariales han servido de sostén a la renta variable, pero también el mercado de deuda soberana, donde la prima de riesgo se apeó de los 200 puntos básicos y comenzó una ininterrumpida trayectoria bajista hasta cerrar en 113.
Impermeable a todos los reveses, la bolsa española cerraba el primer trimestre con un repunte del 4,27 %, pese al cambio de gobierno en Italia, los planes para ampliar el plazo del plan de rescate a Grecia o las tensiones entre Ucrania y Rusia.
A ello también contribuía la esperanza de los inversores acerca de que el Banco Central Europeo (BCE) se decidiera a adoptar medidas para combatir la inflación y estimular la economía con medidas no convencionales, como la compra de deuda si fuera necesario.
A mitad de año, la revalorización del IBEX 35 alcanzaba el 10,15 %, y sólo en junio, ganó un 1,16 % gracias a que el BCE volvió a reducir los tipos de interés hasta el mínimo del 0,15 %, a la mejoría de los indicadores macroeconómicos y a los máximos de Wall Street.
En verano, el IBEX rompió una racha de siete meses de ganancias por culpa de la amenaza de una suspensión de pagos en Argentina y por la delicada situación de los bancos portugueses, aunque también influyó el mal sabor de boca que dejó el "caso" Gowex, empresa que cotizaba en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) y que se demostró había falseado durante años sus cuentas.