El Gobierno quiere presentar los detalles del nuevo impuesto a la banca en la última semana de julio. Así lo ha dicho la vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, al término de la reunión que ha mantenido este viernes el Gobierno con los principales directivos de la banca y el gobernador del Banco de España para hablar sobre este nuevo gravamen.

Calviño ha asegurado que ha sido una reunión "cordial, en tono constructivo", en el que todos los presentes han coincidido en el diagnóstico de la economía, "marcada por la incertidumbre". La banca ha pedido que no se estigmatice al sector y han expresado su voluntad de contribuir al crecimiento económico. A pesar de esa incertidumbre, la vicepresidenta asegura que también han tenido como nexo la opinión de que la economía española "sigue manteniendo un buen tono económico", y "un crecimiento fuerte".

Por su parte, la ministra ha trasladado al sector bancario que es el momento de "arrimar el hombro" y que los detalles de este nuevo impuesto se concretarán en una proposición de ley que esperan presentar antes de final de este mes de julio mediante una proposición no de ley. No obstante, Calviño ha querido tranquilizar a la banca y ha garantizado que se va a preservar su solvencia y competitividad. También ha asegurado que la medida, que se negociará con los grupos parlamentarios, no afectará a los consumidores.

En dicha reunión, que ha durado dos horas y que ha tenido lugar en el ministerio de Economía, han estado presentes el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, además de los principales directivos de las mayores entidades financieras: BBVA, CaixaBank, Sabadell y Unicaja. No han acudido a la cita, aunque estaban invitadas, ni la presidenta del Santander Ana Patricia Botín, ni la consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, que argumentó problemas de agenda.

Reunión entre el Gobierno y la banca para la creación de un nuevo impuesto

Con esta cita, el Gobierno tenía como objetivo explicar a los directivos bancarios las razones que han llevado al Ejecutivo a anunciar la aplicación de este gravamen especial con el que el Gobierno pretende recaudar 1.500 millones al año durante dos ejercicios.

Además, También han acudido a la reunión las tres patronales bancarias -AEB, CECA y Unacc-. Por parte del Gobierno han estado presentes además el secretario de Estado de Economía, y el secretario General del Tesoro.

Los directivos no han hecho declaraciones al término de la reunión. La única que ha hablado ante la prensa ha sido Calviño.

La oposición de la banca

La reunión no se presentaba fácil desde el comienzo. Mientras que el Gobierno ha asegurado que, ante esta situación, todos van a tener que arrimar el hombro, la medida ha tenida una dura respuesta de Dancausa, que calificó el impuesto de "absolutamente injusto" y llegó a amenazar con batallar jurídicamente si se aprueba este impuesto. Dancausa, que sí reconoció que se habían "cometido errores", aseguró que iban a valorar todas las posibilidades antes de poder asumir ese impuesto, que acatarían si no quedara otra opción.

También se posición en contra Carlos Torres, presidente del BBVA, quien aseguró que "Puede acabar produciendo un efecto contrario al que pretende"

Quien se ha pronunciado sobre el nuevo impuesto también ha sido el actual vicepresidente del Banco Central Europeo y exministro de Economía de Mariano Rajoy, Luis de Guindos, que ha considerado que los impuestos no deben suponer un "daño" para la concesión de créditos ni para la solvencia del sector bancario.

Una opinión que ha criticado José Luis Escrivá, ministro de Inclusión y Seguridad Social, que considera que es una repuesta más propia "de alguien que ha sido exministro del Partido Popular que de un vicepresidente del Banco Central Europeo".